PUEBLO URU DEL LAGO POOPO—ORURO: UNA CULTURA DE RESISTENCIA
Según documentación histórica respecto a los repartimientos coloniales es evidente la presencia prehispánica de pueblos de matriz cultural Uru no sólo en las zonas lacustres del altiplano boliviano sino en todo el territorio del actual departamento de Oruro, vale decir de oriente a occidente de éste, cuyas características ecológicas diferían de las actuales, se conoce que el medio geográfico contaba con mayores caudalesdeagua y pequeñas lagunas que generaban microclimas aptos para garantizar la supervivencia.
En ese sentido las prácticas culturales URU se desarrollaban en torno a los conocimientos del ecosistema lacustre, mismo que brindaba múltiples posibilidades a partir de la pesca, caza y recolección. Se puede afirmar que desarrollaron una tecnología[1] de manejo y transformación de la totora que les permitió establecer sus viviendas sobre agua además de garantizar su transporte, ésta planta acuática desde sus raíces, hasta sus flores y semillas les servía de alimento, y era utilizada en la elaboración de herramientas para la pesca y para el uso cotidiano; paralelamente a ella el uso de la paja chillawa al ser transformada en phala, les permitía contar con utensilios que permitían desarrollar sus actividades. Hoy la tecnología de la phala es utilizada para elaborar objetos artesanales (balsas, canastas, sombreros, aretes, manillas, etc.) juntamente con la sal y la madera de cactus. Aspecto que ha sido sostenido por las mujeres de las poblaciones Uru, y es retomado por las y los jóvenes como parte de procesos de recuperación cultural.
A pesar de largos procesos de resistencia, actualmente la población Uru del lago Poopó se debate entre la amenaza latente producto de los fenómenos naturales, las consecuencias de la extracción de recursos naturales (minerales, agua) y la ausencia de políticas coherentes con su realidad minoritaria, que ha perdido el dominio ancestral sobre su territorio. Hace unos meses los lagos de la meseta altiplánica y sus afluentes habían desapareciendo por la intensa sequía, que las actuales lluvias no logran remediar completamente. Al no contar con agua no sólo ya no hubo pesca sino también se perdió el acceso a la totora y a la chillawa; especies vegetales, una acuática y la otra propia de los humedales, que son priorizadas como alimento del ganado de las comunidades no uru.
Una vez más a lo largo de su historia la población uru ha perdido el eje fundamental de su economía que se sustentaba en los recursos que brindaba el lago Poopó a lo que se sumó la carencia de tierras cultivables, mismas que se reducen a algunas pequeñas parcelas que no garantizan su autosubsistencia. Aspectos que vienen expulsando a familias enteras a otros lugares que les permitan acceder a empleos eventuales como: pesca en el lago Uru Uru, albañilería, pastoreo, tejido, elaboración de adobes, comercio ambulatorio de artesanías, comercio de alimentos, etc. movilidad que ha profundizado fuertes flujos migratorios como en el pasado, que están despoblando las comunidades Uru en un proceso etnocida silencioso que atenta contra una de las culturas más antiguas del departamento y de Bolivia.
Por ello, a aquellos que hablan desde la alta tierra de los Urus, convocarles a sensibilizarnos y cerrar filas frente al reto de salvaguardar “ésta nuestra” cultura, que no se reduce al mito de “Huari y los Urus” ni a la majestuosidad de las diabladas como único vestigio de nuestra raíz cultural, sino que se encuentra en la vivencia y resistencia de familias, ancianos, ancianas, niños y niñas, jóvenes hombres y mujeres, todos de carne y hueso con las mismas expectativas de todos, vivir y vivir bien.
Ruth Carol Rocha Grimoldi
CEPA CULTURAS
[1]La tecnología es la ciencia aplicada a la resolución de problemas concretos. Constituye un conjunto de conocimientos científicamente ordenados, que permiten diseñar y crear bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y la satisfacción de las necesidades esenciales y los deseos de la humanidad. Fuente Wikipedia
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