CONCLUYENDO LA CAMPAÑA OCTUBRE AZUL
El 18 de octubre de 1989 mediante Resolución Nro 227 se instituyó como el Día Nacional del Agua y el Saneamiento, el 29 de octubre, (durante el Gobierno de Jaime Paz Zamora), con la finalidad de que los gobiernos nacionales y departamentales, así como la población boliviana en general, reflexionen acerca de la importancia que tiene el agua en la existencia de la humanidad y sin cuya presencia, sería imposible la subsistencia de ningún organismo vivo del planeta. A 22 años de su promulgación pocos esfuerzos han sido destinados al uso adecuado de este elemento vital para la vida.
En nuestro departamento los problemas más importantes que se presentan en el uso del agua son:
- El consumo por persona de agua en la ciudad de Oruro es aproximadamente de 110 litros por día; en el área rural aproximadamente por persona 50 litros por día. El Servicio Local de Acueducto (SELA) afirma que está garantizada agua potable para nuestra ciudad hasta el año de 2034 aproximadamente. Esto puede adelantarse en función al crecimiento de la población, situación que debería ponernos en alerta.
- La Planta de Tratamiento de Aguas Servidas, que está ubicada en la zona sud de la ciudad, no tiene un sistema efectivo de tratamiento de aguas residuales y por esto las aguas son vertidas directamente hacia el lago Uru Uru, provocando contaminación a este cuerpo de agua.
- Los pasivos ubicados en la mina San José desvían sus aguas por el canal Roso hacia el lago Uru Uru, conteniendo en las aguas de mina elevadas concentraciones de metales pesados, elevada acidez y sólidos disueltos. En algunas ocasiones el caudal es elevado, lo que ha causado muertes masivas de peces en el lago.
- El proyecto Kori Chaca de la Empresa Minera Inti Raymi, está ubicado en el sector oeste de la ciudad. Sus operaciones son a cielo abierto y utilizan cianuro para la extracción de oro. Además tiene almacenado cientos de miles de metros cúbicos de aguas de pésima calidad en las lagunas de evaporación e infiltración. Con sus operaciones está comprometiendo las aguas subterráneas de ese sector con el secamiento de vertientes y desviando aguas del rio Desaguadero.
- Otro problema es que en muchos lugares las aguas subterráneas tienen altas concentraciones de salinidad, por lo menos en los primeros metros de la capa superficial, lo que hace difícil excavar pozos con agua dulce. Sumado al consumo irracional e ilimitado, es evidente la falta de un tratamiento adecuado de aguas residuales y el re-uso como se practica en otros países.
- a esto, el cambio climático ya está afectando a los recursos hídricos y a su gestión, se prevé temperaturas más elevadas y que los cambios en las condiciones climáticas extremas afecten a la disponibilidad y distribución de las precipitaciones, el deshielo, las corrientes de los ríos y las aguas subterráneas y que deterioren la calidad del agua.
Lamentablemente, estas situaciones no han podido ser controlada, por las autoridades competentes. Si bien es cierto que tenemos leyes y sus reglamentos que norman las actividades susceptibles a contaminar, en la práctica no han podido ser implementadas adecuadamente, ya sea por falta de voluntad política o simplemente porque las autoridades no las han hecho cumplir. Uno de los ejemplos más dramáticos es que hasta ahora no se ha podido aprobar la Ley de Aguas que está vigente desde 1906 y que a la fecha sigue en revisión.
Por estas situaciones en el departamento de Oruro se realiza cada año la Campaña Octubre Azul con la participación de varias organizaciones e instituciones sociales. Una Movilización por la Vida y por el Derecho Humano al Agua. Pretendemos promover el agua con un derecho humano, un bien común; cuestionar su control corporativo y rechazar su mercantilización. Concienciar sobre la problemática del agua en cada lugar para visualizar los problemas específicos de cada región, ciudad, comunidad y otros.
Tenemos la obligación de preservar las aguas dulces para las futuras generaciones, sirviéndonos solo lo necesario, evitando contaminarlas y mitigando o remediando las existentes.
Norma Mollo Mollo
Unidad de Formación y Comunicación – CEPA