Día Internacional de las Aves
8 de mayo:
En Bolivia se hallan 1398 especies de aves (Henessey, 2003), situando a Bolivia en el quinto país mas rico en especies de aves en el mundo.
Y para el departamento de Oruro se habrían registrado 151 especies de 39 familias (B. Henessey, S. Herzog, F. Sagot, citado en Capriles, 2010).
Para muchos, las aves pasan desapercibidas, pero la gran función que realizan en el medio ambiente es imprescindible y muy importante.
En cuanto a sus hábitats, se encuentran en todas partes desde ambientes acuáticos hasta terrestres (campo y ciudad). Es común observar en las ciudades, especialmente en Oruro, a la pichitanka (Zonotrichia capensis) en los jardines de las casas y de los parques, su trino es finito y hermoso. Así mismo podemos observar con facilidad a palomas comunes (Columbia livia); al chiwanku (Turdus chiguanco), una avecita de color negra con pico color amarillo que anuncia noticias; el valentin (Phrygilus dorsalis), de color amarillo que siempre esta buscando semillitas; la jurukuta (Metriopelia ceciliae) que pertenece a la familia de las palomas – esta ave tiene los párpados de color rojo que a veces se confunde con sus ojos – y la hermosas golondrinas (Hirundo rustica) que regresan anunciando cada primavera.
En el campo las mas comunes en aves terrestres, son del género Muscisaxicola de una variedad de colores, Phrygilus que generalmente vuelan en bandadas y Falco (halcones) que son carroñeras.
Su alimentación es muy variada, de acuerdo al lugar en el que viven; habitualmente todas las aves se alimentan de semillas, insectos, frutos, plantas, néctar, carroña y pequeños animales. Pero también existen particularidades como ser la alimentación de las aves acuáticas, por ejemplo los flamencos o pariguanas (Phoenicopteridae) que al parecer estarían comiendo barro (bebiendo barro, como dicen las personas que viven cerca a los lagos, lagunas; en nuestro caso departamento de Oruro los Uru Muratos), pero se alimentan de algas microscópicas, pues tienen un sistema digestivo especializado que selecciona algas sobre todo del género Surirella. Según estudios se dice que con la dieta del flamenco, se llegaría a controlar la población de algas. En caso de que no hubiera la especie probablemente el humedal llegaría a eutrofizarse, es decir perdería su valor (beneficios económicos, alternativas de recreación y turismo) para las comunidades que habitan alrededor.
Como se puede ver todo es un ciclo, una cadena muy equilibrada. Cualquier cambio afecta de sobremanera a las poblaciones de las aves, y por ende a las poblaciones humanas.
Ing. Magali Vargas C.
Unidad de Formacion y Comunicación – CEPA