Nº999: Mujer, que trabajo de la vida, 27-3-17

Estamos frente al día internacional de la mujer trabajadora, rememorando a las mujeres que murieron defendiendo sus derechos laborales. La definición del término trabajorefiere al “conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, la solución de un problema o la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas. Siendo concebido como uno de los tres factores de producción, junto con la tierra y el capital”.

 

Qué bueno que las mujeres, empleadas y trabajadoras podamos tener unas horas de “descanso” aunque sea, simbólico. Sin embargo, hay mujeres, niñas y adultas que ponen el hombro a la vida y que jamás, serán reconocidas. Para pensar en ellas, compartir unos breves testimonios, que como “ventanas” nos muestran esa diversidad de realidades. Donde cada palabra, nos lleva a un momento difícil, doloroso, solidario, solitario y sobretodo valeroso y comprometido con la vida,de dos mujeres del pueblo Uru. Aunque sus historias, nos hablan de más mujeres.

“Hemos quedado huérfanos, mi hermano, yo y mi hermanita. Mi papá pescaba en el lago Poopo y mi mamá murió cuando el camión donde llevaba pescado para la venta, se volcó.De ahí, yo me quede con mi hermanita de meses, no quería comer nada. Lloraba nomás. Así, mi papá se lo regaló a unaseñora, como seguía llorando se lo devolvió. De ahí, mi papá se hizo de otra mujer y nosotros nos fuimos por nuestro lado. Mi hermano se fue a Santa Cruz, yo me fui a Challapata a trabajar con el ganado. Mi hermanita nomás, me daba pena. Tan chiquitita, se quedó.

Mi hermano tenía doce, yo tenía nueve así me fui a pastorear al lado de Challapata. Mi papá lo vendió la casa y se fue al otro lado del pueblo. ¿A la escuela?. No pues, yo fui a trabajar.

Ahora, que el lago no hay. Para sobrevivir, en sí, de verdad estamos tristes. No sabemos de dónde sacar nuestros recursos para mantener a nuestros hijos. La alimentación, por ese, es el motivo de la migración de las comunidades. Esas cosas, lo más afectado que nos ha dejado el lago Poopo.

En dos oportunidades nos ha hecho llegar Defensa Civil, no sé cómo se puede hacer esto, ¿no?. Entonces,los hermanos piden a gritos que caiga la lluvia. Qué regrese el lago. No sabemos de dónde poder, darle(s) el plato de comida a nuestros hijos”.

Se afirma que el trabajo da posibilidades a los hombres y las mujeres para lograr sus sueños, alcanzar sus objetivos;haciendo que propongan, desarrollen y mejoren sus habilidades. Enseña –dicen- a vivir y compartir con otras personas y con sus diferencias, a desarrollar conciencia y a pensar en el equipo y no solo en uno mismo, de eso saben muchísimo las mujeres, las madres y las compañeras. Al ser una forma de expresión y de afirmación de la dignidad personal, el trabajo femenino necesita el apoyo, el impulso de oportunidades reales a partir de la generación de un trabajo digno y seguro. Que garantice una vida también digna.

“El (su esposo) está enfermo, tuberculosis, han dicho en el hospital de Challapata. Ha tenido que dejar de hacer la vivienda, aunque el plazo ya ha pasado. Así se quedará. Nos hemos venido a Machacamarca, donde mi mamá. Con las wawas más. El chiquitito tiene seis meses.

Así se está (el esposo), sin fuerzas, nada. No quiere comer, al caminar se cansa. Agua nomás bota, transpirando, así. Yo no trabajaba, pero ahora. Qué voy hacer. El chiquitito nomás. En el hospital, no le han querido internar, el tratamiento tiene que seguir, así han dicho. Igual en Machacamarca. Dan suplemento alimenticio, sí. Una leche dan. Con eso, cómo se va a sanar. Pero vienen a controlarle, seguido. Así estamos. Para venir a Oruro, sólo se queda con las wawas. Una tiene seis, el otrito tres. En año nuevo, he ido a vender a Poopo, salchipapas, qué más. Mientras tanto, mis wawas con él nomás. Mis hermanitas, mi mamá también han ido a venderse. Ahora ya está mejorando. Cuando sane, un cuartito más se lo hará para mi mamá”.

Qué más se podría argumentar a éstos testimonios de mujeres luchadoras, de mujeres trabajadoras. Que se ganan y conquistan su propio espacio. Un espacio que sigue estando marginal, a soluciones reales a sus problemas también reales.

A soluciones que no llegan a pesar de inversiones, que no garantizan empleo, que no garantizan medios (tierra) de subsistencia, especialmente para el pueblo y las mujeres Uru, y para el sin fin de mujeres de las áreas rurales y periurbanas que en lo cotidiano no siempre cuentan con el respeto y la consideración de los demás. Cuando por las calles ofertan desde su vejez, su discapacidad, hasta los infaltables chicles, juguitos y frutas.

Ojalá que cuando nos quiten el paso en una acera, pensemos “que es su trabajo”, ese con el cual garantizan una comida, un techo. Ese con el cual, cada mujer, se dignifica y asegura la vida de los suyos.

Un muy buen día de la mujer trabajadora.

Ruth Carol Rocha Grimoldi
UNIDAD DE CULTURAS – CEPA