El 15 de diciembre de 1972, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución A/RES/2994 (XXVII) que designaba el 5 de junio “Día Mundial del Medio Ambiente” y pedía «a los gobiernos y a las organizaciones que todos los años emprendan en ese día actividades mundiales que reafirmen su preocupación por la protección y el mejoramiento del medio ambiente, con miras a hacer más profunda la conciencia de los problemas del medio ambiente”.
Sin ir más lejos, el departamento de Oruro tiene muchos problemas de contaminación ambiental, por ejemplo, muchas empresas mineras en la actualidad vierten sus residuos y desechos directamente a los ríos sin ningún tratamiento. A lo que se suman los problemas por la generación y acumulación de grandes cantidades de residuos sólidos que según EMAO alcanzan diariamente a más de 180 toneladas. Otro problema que agrava la situación son las aguas servidas de alcantarillado que desembocan en el lago Uru Uru por los más de 18 canales de aguas negras de la ciudad sin ningún tratamiento previo. Debido a esta contaminación del agua y los suelos, cada año la situación de las comunidades empeora, porque las tierras son cada vez menos productivas.
Han transcurrido más de cuatro décadas desde dicha declaración, por lo que cabe preguntarnos: ¿cómo estamos?¿qué ha mejorado? ¿qué ha faltado y qué debemos hacer? La respuesta a muchas de estas preguntas se resume, a que no hemos hecho nada para mejorar, conservar y proteger nuestro medio ambiente. Hoy estamos sumergidos en una crisis ambiental. En una crisis de la civilización que, basada en una visión antropocéntrica, sitúa al ser humano en el centro del mundo, colocándonos en una condición de superioridad frente al resto de la naturaleza. Este paradigma ha generado una explotación irracional de nuestros recursos naturales, sobrepasando la capacidad de recuperación de los ecosistemas de los que dependemos para nuestra sobre vivencia.
En ese marco, hoy más que nunca necesitamos de una educación ambiental que fortalezca y potencie nuestra conciencia socioambiental, nuestro planeta necesita de nosotros. Desde los más pequeños hasta los más grandes necesitamos educación ambiental para el manejo adecuado de nuestros residuos sólidos, para promover campañas de forestación y cuidado del agua bien común de todos. En esa perspectiva, desde la educación ambiental debemos promover y fortalecer una sociedad con valores y hábitos que nos permitan proteger y conservar nuestro medio ambiente para la presente y futuras generaciones.
Caminado por varios lugares de nuestra ciudad vemos mucha basura tirada en las calles, mercados y parques; situación que año que pasa va en aumento, debido al crecimiento de la población. Es notable que en estos últimos años casi todos los productos que se ofertan son de plástico o están envasados en materiales muy desechables que generan más basura.
Recientemente fuimos testigos y denunciantes de la situación catastrófica de contaminación ambiental del lago Uru Uru, un lago convertido en una mar de botellas plásticas y de contaminación minera. Cientos y miles de botellas pet y bolsas plásticas cubrían enormes distancias a lo largo y ancho del inicio del lago. Esta situación no puede seguir así, necesitamos de la educación ambiental para lograr un cambio de hábitos en nuestros vecinos y vecinas desde los más pequeños hasta los más grandes para el buen manejo de sus residuos sólidos y el cuidado del medio ambiente.
No podemos permitir que nuestros ríos y lagos continúen el camino de convertirse en vertederos de basura. Es por esta situación que debemos y de manera urgente desarrollar programas de educación ambiental que contribuyan a un cambio de paradigma, es decir un cambio de mentalidad que nos permita caminar por la senda de un desarrollo, pero en equilibrio con la Madre Tierra, que nos lleve a conocer y valorar la riqueza de la biodiversidad natural y cultural. Como muchos líderes y defensores del medio ambiente nos dicen “la tierra no pertenece al hombre, nosotros somos parte de ella y de los equilibrios que hacen posible la vida”, por ello debemos cuidarla y protegerla pensando siempre en las actuales y futuras generaciones.
En varios eventos realizados por CEPA con líderes y lideresas ambientales de organizaciones e instituciones del departamento, se han planteado varias ideas y propuestas para lograr políticas de educación ambiental en el departamento de Oruro, en ese marco les damos a conocer algunas de estas propuestas:
Primero: Es necesario y fundamental delinear políticas de educación ambiental a nivel departamental. Estas políticas deben plasmarse en programas y proyectos operativos con un involucramiento activo de las organizaciones de la sociedad civil. Sin su participación no es posible tener resultados.
Segundo: Es importante y necesario incorporar en los planes curriculares de los centros educativos, institutos de formación, universidades públicas y privadas, una materia de educación ambiental que se constituya en una transversal en el desarrollo de los planes curriculares con contenidos trabajados.
Tercero: Es fundamental difundir, socializar y hacer cumplir las diferentes normativas ambientales, como es el caso del Reglamento de Gestión Integral de los Residuos Sólidos del Municipio de Oruro, para que la población conozca el objeto, alcance, manejo y las sanciones que estipula para los infractores que dejan por todos lados sus residuos sólidos.
Cuarto: Las empresas que fabrican y/o utilizan plásticos para sus productos, por responsabilidad ambiental deben impulsar y promover programas y proyectos de educación ambiental, de reciclaje, reducción y reutilización de estos materiales para disminuir la basura en las calles. Además de incentivar la creación de unidades productivas e iniciativas que se orienten al reciclaje de sus productos.
Quinto: Se debe promover y potenciar la formación de líderes ambientales, que permitan amplificar la búsqueda de soluciones a la problemática ambiental, es decir se debe llegar con el mensaje a los barrios, unidades educativas, sindicatos, comerciantes, transportistas, etc., estas acciones fortalecerán y contribuirán a generar conciencia y compromiso socioambiental.
Sexto: Frente a la problemática ambiental que nuestro departamento atraviesa, los municipios y la gobernación deben priorizar, fortalecer y destinar recursos económicos para incorporar programas de educación ambiental para sensibilizar y concienciar a la población sobre los impactos que genera la contaminación ambiental, al mismo tiempo deben ser parte más que activa de la gestión ambiental.
Limbert Sánchez Choque
Unidad de Formación – CEPA
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