Nº10: Kori Chaca, 18-02-05

KORI CHAKA

Si nos permiten preguntar…….

Cuando un profesor hace preguntas a un estudiante o un médico pregunta a un enfermo dónde le duele, no es por estar en contra del estudiante o del enfermo. Es un momento de avance y de progreso. Lo mismo pasa, cuando un niño hace miles de preguntas a sus padres.

En Oruro, no se aprecia mucha cuando se hace preguntas sobre el desarrollo sostenible de la región, menos todavía tratando de minería. Se espera que la población ¿trague? pasivamente lo que dicen las autoridades y los empresarios. Se evita todo debate público.

A pesar de eso, nos atrevimos a formular algunas preguntas sobre un tema aparentemente muy delicado: el proyecto minero de Kori Chaca. No por estar en contra, sino para promover la participación popular y el control social. Las preguntas expresan una serie de inquietudes y preocupaciones de diversos sectores de la población, recogidas sobre todo en reuniones y charlas informales, porque los espacios y oportunidades para discutir libremente estos temas han sido muy escasos. Nos limitamos a las preguntas más llamativas:

  1. El sector de Iroco tiene vocación para convertirse en una zona residencial y turística. Pensando en el crecimiento de la ciudad de Oruro es una de las partes más adecuadas, puesto que no podemos seguir subiendo en los cerros o arriesgarnos en las pampas inundables. Existen planes y proyectos al respecto. Nos imaginamos que las autoridades competentes han hecho los cálculos correspondientes para determinar lo que más conviene a la comunidad de Iroco y a la ciudad de Oruro, en cuanto a ingresos para ventas de terrenos, creación de fuentes de trabajo, disponibilidad de infraestructura básica, producción, recreación,… No todos estamos convencidos que deshabilitar estos terrenos como zona residencial por la explotación minera, es el camino más adecuado. Es importante que las autoridades que velan por el bienestar común, presenten información convincente, que explique su decisión de optar por respaldar la minería en este lugar.
  2. Parte de los terrenos que serán utilizados para la explotación minera pertenecen al radio urbano intensivo y extensivo de la ciudad de Oruro. Existen los mapas correspondientes que demuestran este hecho. Será bien que las autoridades municipales nos aseguren que se están cumpliendo y se cumplirán en el futuro todas las leyes referentes al inicio y la realización de actividades industriales y mineras dentro del radio urbano.
  3. Existe un camino público que une la comunidad de Iroco con el Puente Español. Toca a las autoridades competentes asegurar que este camino en todo momento sea transitable y que no se haga cambios en la ruta sin el permiso correspondiente.
  4. En una carta a la Brigada Parlamentaria de Oruro del 5 de diciembre de 2002, Inti Raymi dice que utilizarán 3.400 toneladas de cianuro en 31 meses, o sea 3,7 toneladas por día. Es conocida y reconocida la gran toxicidad de este producto. ¿Son adecuadas las medidas de seguridad previstas para minimizar los riesgos en el transporte, almacenamiento y utilización de esta sustancia, tan cerca de un centro urbano? ?De qué manera se instruirá y preparará a la población de la zona sud de la ciudad ante eventuales accidentes o atentados? Lo mismo vale para los explosivos que se están utilizando en grandes cantidades.
  5. En la misma carta a la Brigada Parlamentaria se informa que se van a consumir de la pozos de desagüe de la mina, 876.000 metros cúbicos de aguas salinas por año. Estas aguas llegarán a una laguna de evaporación e infiltración con una superficie de unos 200 a 300 ha, que se construirá en los humedales a zona inundable. ¿Cómo se puede asegurar que estas aguas salinas no afectarán las aguas del río? ¿Existe la seguridad de que el manejo de las aguas subterráneas no afectarán las aguas dulces que se encuentran en la serranía y que sirven inclusive para suministrar agua potable al pueblo de Iroco y Challacollo?
  6. Todos sabemos que nuestro clima es muy irregular, que va de sequías a inundaciones. El año pasado más de la mitad de la ciudad de Trinidad estaba inundada. Recordamos los momentos en que el agua llegó desde el Puente Español casi al pueblo de Challacollo o cuando había que llegar en barco a Toledo, que apenas se salvó de inundaciones gracias a su muro de contención. Se sabe que las aguas del río Desaguadero, cuando son abundantes, bajan por Iroco. Tratar de desviarles, implica provocar inundaciones incontrolables en la provincia Saucarí. ¿Será que el dique anti-inundaciones está calculado para estas situaciones extremas? ¿No corremos el riesgo de que aguas contaminadas, pasando por el Puente Español, lleguen a los barrios periféricos de la ciudad?
  7. En la carta a la Brigada Parlamentaria se menciona que se han registrado y documentado 24 sitios arqueológicos en la zona. ¿Cuál ha sido el seguimiento que ha dado la UNAR (Unidad Nacional de Arqueología) durante los trabajos ya realizados? Según la UNAR, ¿en qué medida las actividades mineras afectarán la reconstrucción de la historia de la ciudad de Oruro, desde la época precolonial?
  8. Todos sabemos que la naturaleza tiene la capacidad de absorber y neutralizar un cierto grado de contaminación. Por eso, el hecho de que un lugar ya está contaminado, no da ninguna justificación para seguir contaminando. Al contrario, el ritmo y las posibilidades de recuperación de la naturaleza, sobre todo de ecosistemas tan vulnerables como de los lagos Poopó y Uru Uru, de nuestros ríos y tierras, tienen sus límites y estos deben ser respetados. ¿En qué medida las actividades mineras de Kori Chaka, que inevitablemente traen un cierto grado de contaminación, pueden significar el ¿golpe de gracia? para esta cuenca?
  9. Oruro debe calcular fríamente lo que puede ganar y perder con el proyecto de Kori Chaca. Para Oruro – y no solamente para la empresa – puede ser un puente (chaca), pero ¿hacia dónde? Se dijo que con la plata que se sacó del Cerro Rico de Potosí se hubiera podido construir un puente de plata a España, pero, ¿a provecho de quiénes? Oruro es un centro minero de plata, de oro y de mucho más. ¿Una vez más tendremos que llegar a la conclusión de que ¿nuestras riquezas solo nos generan pobreza? ¿Recibimos lo que en justicia nos corresponde por las riquezas que entregamos, los pasivos que nos dejan y los riesgos que corremos?

Estas son solamente algunas de las preguntas, inquietudes y temores que viven en la población.

Indudablemente una campaña de información adecuada de parte de las autoridades ya podría despejar muchas dudas. Pero el tema fundamental del desarrollo sostenible de la región tendría que ser objeto de discusión y debate. Aquí tiene que entrar en vigencia la democracia participativa.

Algunos finalmente dirán: No, no conviene que el cerro Vincuntaya se convierte en un lago de aguas saladas. No, no vale la pena arriesgarse tanto para regalías de apenas 40 Bs. por año y por orureño y por unas cuantas fuentes de trabajo de corta duración.

Otros más bien quedarán convencidos que como orureños hemos sido tan empobrecidos y aplastados que no nos queda otra alternativa que aceptar lo que se nos viene. Que no hay otra salida.

Y muchos podrán condiciones concretas con la finalidad de asegurar un aporte sustancial al desarrollo sostenible de la región con un mínimo de riesgos y de daños para las comunidades y la población de Oruro.

Ojalá que no haya nadie que diga: No, no hay que hacer esta clase de preguntas. Que prefiere un pueblo sumiso e ignorante, que – sin darse cuenta de lo que tiene y puede – está dispuesto a entregarlo todo por un plato de lentejas.

Hace unas semanas, autoridades pertinentes junto con la sociedad civil y las comunidades cercanas, hicieron una solicitud oficial para realizar una visita ocular a las instalaciones y para poder expresar sus expectativas y preocupaciones. Después de un intento frustrado, la empresa se comprometió a hacer llegar una nueva invitación. Todavía no llegó. Con eso la empresa se carga con una gran responsabilidad. Realizar operaciones de tal magnitud en una especie de clandestinidad social, no es conveniente. No escuchar las preguntas de la población es lo contrario de conseguir licencia social. Por la fuerza no se construye nada bueno.