VIERNES SANTO EN KORI CHACA
En la tarde del Viernes Santo, se acercaron a las operaciones mineras de Kori Chaca (Inti Raymi – Newmont) siete camiones inmensos. Llegaron cada uno con un contenedor grande que llevaba un pequeño letrero con el aviso “CARGA PELIGROSA” y con un número: 1689. Esta cifra es el código internacional para el producto químico de la carga: cianuro de sodio.
Aparentemente, el día de la llegada no fue casual: era un día feriado y la gente estaba ocupada mayormente en la celebración del Viernes Santo. Había pocos testigos de la llegada de otra carga más de este veneno, del cual una parte quedará presente durante siglos, en los cerros que quedarán como residuos de la explotación del oro en este lugar.
La tecnología utilizada es muy sencilla: se riega, durante meses, con inmensas cantidades de agua dulce del río mezclada con cianuro, las rocas y tierras acumuladas, provenientes del cerro (que mientras tanto ya se ha transformado en un pozo). En la solución que se recoge abajo, el cianuro está “preñado” de oro. Pero siempre una parte del cianuro queda en la masa; nunca se puede recuperar todo. Esto significa que permanentemente se debe traer y añadir más toneladas y toneladas de cianuro. Traen veneno y se llevan la riqueza, el oro.
¿Quién mayormente se aprovecha de este canje? La empresa Inti Raymi hizo un cálculo antes de empezar las operaciones. Llegaron a la conclusión de que a 300 dólares por onza troy (31 gramos) de oro, la operación ya era suficientemente rentable y decidieron meterse. Pero… actualmente el oro vale alrededor de 1000 dólares por onza.
Sin duda, los costos de producción habrán aumentado algunos dólares y otros pocos más quedarán en Oruro y en el país. Pero estos dólares no representan nada en comparación con el aumento de las ganancias para la empresa. Es Inti Raymi – y finalmente la empresa Newmont de los Estados Unidos, – que recibe una “yapita” de casi 20 millones de dólares por cada tonelada de oro que extraerán en un par de años (y la previsión inicial era producir por lo menos siete toneladas). Además están las operaciones de Kori Kollo (a pesar de que algún día oficialmente fueron cerradas), cuya producción es mayor que la de Kori Chaca.
Cada vez, y con mayor razón, debemos afirmar y repetir que, en comparación con lo que ahora está pasando, NUNCA ANTES, en toda su historia, Oruro se dejó saquear tanto y dañar la ciudad y la región tanto en tan pocos meses.
Nadie podría imaginarse un acto simbólico más elocuente para expresar el saqueo riesgoso de los recursos de la población de Oruro, que precisamente en el momento en que conmemoramos la Crucifixión y la Muerte de Jesús, traer toneladas de veneno para poder llevarse toneladas de oro.