Propone la Iglesia
de América Latina
LA OPCION POR LA MADRE TIERRA II
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Los obispos, reunidos en Aparecida en mayo 2007, recordaron las palabras del Papa Juan Pablo II en Chile, hace 20 años: “No permitamos que nuestro mundo sea una tierra, cada vez más degradada y degradante.” (Punto Arenas, abril 1987). De allí surgieron una serie de recomendaciones, propuestas y orientaciones, que podemos resumir de la siguiente manera.
Cuidar y proteger
- Hacer uso de la naturaleza con cuidado y delicadeza. (No. 470)
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Proteger la naturaleza frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. (No. 471)
Valorar y ser solidarios
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Valorar a los indígenas – originarios por su respeto a la naturaleza y el amor a la madre tierra como fuente de alimentación, casa común y altar del compartir humano. (No. 272)
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Agradecer y ser solidarios con todos los que se ocupen de la defensa de la vida y del ambiente. (No. 472)
Cuestionar denunciar
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Cuestionar el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza.(No. 473)
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Denunciar una industria salvaje y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de deshechos orgánicos y químicos. (No. 473)
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Alertar respecto a las industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la eliminación de bosques, la contaminación del agua y convierten las zonas explotadas en inmensas desiertos. (No. 474)
Defender y organizar
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Estar presente en las poblaciones más frágiles y amenazadas por el desarrollo depredatorio y apoyarlas en sus esfuerzos para lograr una equitativa distribución de la tierra, del agua y de los espacios urbanos. (No. 474)
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Alertar a los campesinos a que se organicen de tal manera que puedan lograr su justo reclamo. (No. 474)
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Determinar medidas de monitoreo y control social sobre la aplicación en los países de los estándares ambientales internacionales. (No. 474)
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Defender el derecho de las futuras generaciones a recibir un mundo habitable y no un planeta con aire contaminada. (No. 471)
Educar y proponer
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Introducir en las escuelas una educación a la responsabilidad ecológica. (No. 471)
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Hacer descubrir el don de la creación, educando para un estilo de vida de sobriedad y austeridad solidarias. (No. 474)
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Buscar un modelo de desarrollo alternativo integral y solidario. (No.474)
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Empañar nuestros esfuerzos en la promulgación de políticas públicas y participaciones ciudadadanas, que garantizan la protección, conservación y restauración de la naturaleza. (No. 474)
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Establecer entre las Iglesias locales un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común, en Amazonia (y en todas partes). (No. 474)
Pocas veces la Iglesia Latinoamericana ha propuesto tantas tareas múltiples y concretas a los que en nombre de la Iglesia y como personas y grupos con compromiso social, quieren ponerse al servicio de la sociedad. Es que la defensa y el cuidado del medioambiente es tarea de todos.