CONFLICTO – DIALOGO
Las Constituciones del Segundo Sínodo Diocesano de Oruro se aprobaron en junio del 2003. Son el fruto de los aportes de los grupos sinodales y de tres asambleas generales, que se realizaron en el transcurso de dos años. En el artículo 9 del capítulo sobre la “Iglesia comprometida con la realidad”, leemos lo siguiente:
“La problemática económica y socio cultural del departamento de Oruro tiene como consecuencia una sociedad altamente conflictuada. Solamente con amenazas y presiones se consiguen soluciones y acuerdos. El incumplimiento de compromisos mantiene los conflictos en estado crónico. Como Iglesia creemos en la superación de los conflictos mediante el diálogo sincero y el cumplimiento de los acuerdos. En la medida en que estemos involucrados en situaciones conflictivas, seremos promotores de la verdad y de la justicia: pero al mismo tiempo, desde nuestra opción por los pobres, defenderemos en primer lugar los derechos de los más débiles y marginados. Si hablamos será sobre todo para luchar por los que no tienen voz”.
En este texto reconocemos que, como miembros de la Iglesia, conscientemente nos parcializamos con los más débiles y marginados en la Defensa de sus derechos. Esto no significa santificar a los unos y satánizar a los otros. De lo que se trata es de evitar que mentiras, engaños, amenazas y divisionismos agudizan los conflictos y obstaculizan la construcción de una sociedad más justa y solidaria.