FAVORES Y DERECHOS
A continuación presentamos un texto que escribimos y publicamos en el año 1997, como introducción al ¿Informe Técnico de la Provincia Carangas?, escrito por Zenón Bacarreza en el año 1910 (Eco Andino, Nº 3, 1997, pp. 69-70).
El texto no requiere mucho comentario:
¿Durante la época colonial, los aymaras y (en menor grado) los urus de Carangas estaban sujetos a la míta del Cerro Rico de Potosí. Además se abrieron minas en su propio territorio. Los cronistas dicen que las minas de plata más importantes fueron las de Turco (Turaquiri), pero que las de la zona de Carangas, Negrillos, Todos Santos fueron explotadas durante más tiempo. De la de Turco se opina en 1628, que ¿si no hubieran dado en agua, fuera de las más ricas de las Indias?.
El informe de 1910 sería la que en aquel tiempo ninguna mina estaba en explotación. Ofrece una descripción de los lugares donde se trabaja vetas de plata y cobre. Coincide con relatos anteriores en indicar que el mayor problema a resolver para la explotación minera en Carangas es la evacuación de agua de interior mina. El texto de 1892 es muy claro al respecto: ¿Si se consigue concluir las socavones que se trabajan para desaguarlas, renacerá la antigua opulencia de esta provincia?
El conjunto de los textos referentes al tema, nos permite afirmar con toda seguridad que las minas de Jacha Carangas no están agotadas. Si fueron abandonadas, fue por razones técnicas, que en aquellos tiempos no podían ser resueltas. Es de prever que modernas tecnologías para el control de las aguas y el procesamiento de los minerales, reabrirán para la región un nuevo destino minero. Y a eso se suma la probabilidad de yacimientos petrolíferos, actualmente en explotación. Las explotaciones a gran escala traerán una nueva problemática: no solamente se tendrá que encontrar modos de convivencia con la ganadería y la agricultura, sino también se deben preservar los derechos de los grupos humanos que desde hace siglos tienen organizada su vida a base de los recursos naturales de esta región.
Ya hace siete años, CEPA habló de un ¿nuevo destino minero? para el departamento de Oruro y sobre la necesidad de prepararnos para este nuevo desafío. Como dueño de estos recursos naturales, Oruro debe negociar con las empresas e inversionistas con dignidad, no de rodillas implorando favores, sino con firmeza exigiendo derechos.
Convencidos de las grandes potencialidades mineras de la región, estamos pidiendo consideración para las comunidades originarias y sus actividades económicas.
Lo que queremos es una minería responsable, respetuosa para la naturaleza y las culturas andinas, orientada hacia el desarrollo sostenible de la región, dispuesta a compartir los beneficios y a indemnizar eventualmente daños causados, evaluados por una instancia independiente e imparcial. Es lo más elemental que se exige en todas partes del mundo.