Nº552: Mensaje de navidad por el medio ambiente, 24-12-09

CEPA:

NUESTRO MENSAJE DE NAVIDAD POR EL MEDIO AMBIENTE

Con las palabras de los Obispos Patagonia-Comahue que comparten un mensaje navideño esperanzador: “TIERRA, AGUA Y AIRE PARA TODOS”.

 

“NO HABÍA LUGAR PARA ELLOS”

  1. No había lugar para ellos”

En la narración del nacimiento de Jesús hay una afirmación que nos parece muy importante reflexionar. El Evangelio de S.Lucas dice que José y María, cuando llegaron a Belén, tuvieron que refugiarse en una gruta porque “NO HABÍA LUGAR PARA ELLOS” (Lc. 2,7) en el albergue de la ciudad. La triste realidad era que el mundo que había nacido de Dios Padre como un proyecto de amor para ser “casa de todos”, no hacía lugar para hospedar una mujer que estaba a punto de dar a luz.

Situación que se ha vuelto muy frecuente en la historia de la humanidad. Hoy se torna cada vez más difícil que todos “tengan un lugar”. No sólo no hay viviendas para todas las nuevas familias, en particular las más pobres que tienen que amontonarse en asentamientos inhumanos, sino también porque se multiplican los lugares donde la vida humana ya no es posible por la contaminación y la desertificación.

El drama de Belén hoy se repite. Hay quienes no tienen lugar porque se les niega el derecho a la vida antes de nacer, así como existen ancianos que sufren el desalojo y alejamiento de su propia familia. Hay familias que por la inseguridad y la violencia sufrida pierden su casa y sus bienes. Y de no tomarse en serio el cuidado del suelo, el aire y el agua muchos más quedarán sin “un lugar” para vivir. Es por eso que, en sintonía con el lema del año 2010: “SI QUIERES CULTIVAR LA PAZ, CUIDA LA CREACIÓN”, propuesto por Benedicto XVI, quisiéramos llamar su atención sobre el cuidado del universo para que no transformemos este mundo en un lugar inhabitable

2. La tierra, el aire y el agua don de Dios para todos

La familia humana necesita una casa a su medida, un ambiente donde vivir sus propias relaciones. Esta casa es la tierra, el ambiente que Dios Creador nos ha dado para que lo habitemos(…)

La pesca y la minería son actividades necesarias, nobles y dignas de ser aprobadas, siempre que se ejerzan evitando la depredación impune y la contaminación. Hay que cultivar la tierra, sin intoxicarla y sin agotarla. Todas las actividades productivas y extractivas, deben respetar un determinado orden inscrito en las leyes y en la finalidad de la naturaleza para que no se vuelvan contra el hombre.

Debemos ser consientes y estar preocupados por las consecuencias de la actividad del hombre, sobre los frágiles equilibrios del planeta. La afirmación del Evangelio que estamos comentando, es dramática y muy triste: “no había lugar”, más dramática y triste cuando es producto del egoísmo humano y de una ausencia total de solidaridad.

3. Todos somos responsables

Frente a la situación de María y José al “no encontrar un lugar” para cuidar la vida de Jesús, queremos llamar al compromiso para que el mundo pueda ser siempre la casa de todos. Compromiso entonces de cuidar y defender la tierra, el agua y el aire, para que sea en definitiva un “mundo habitable”, como Dios quiere (cf. Is. 45,18).

Cuidar de la creación requiere la participación responsable de todos en lo que atañe al bien común.

Invitamos a nuestros legisladores para que pongan reparo a esta situación mejorando las leyes existentes, haciendo más rigurosos los controles necesarios y estableciendo regalías e impuestos que permitan a los gobiernos provinciales y municipales pensar en la economía futura cuando las empresas hayan dejado el lugar.

Pedimos a los gobernantes que no se dejen ilusionar por las promesas y el dinero que empresas sin escrúpulos pudieran ofrecer. Que piensen políticas de estado a mediano y largo plazo apropiadas en la búsqueda de un desarrollo sustentable para las actuales y futuras generaciones.

Comprometemos a todos, y en especial a los medios de comunicación social, a incentivar la responsabilidad que nos compete a todos de cuidar el ‘eco sistema’ en función del bien común.

Exhortamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que estén alerta y se organicen para impedir proyectos que no tengan en cuenta la preservación del medio ambiente y de la vida, que no se dejen ilusionar por beneficios inmediatos que comprometen negativamente el futuro.

Invitamos a todos los empresarios a tener en cuenta la responsabilidad social de sus emprendimientos, la explotación de los recursos naturales tiene una hipoteca social.

Alentamos a cada familia, y al mundo de la educación, que siembren en las nuevas generaciones un estilo de vida marcado por la sobriedad y austeridad solidaria, como camino seguro para que el planeta sea siempre “casa para todos”.

Valoramos a todos aquellos, especialmente a los pueblos originarios, que consideran a la tierra como madre, fuente de vida y casa común, y los alentamos a promover esta verdad en los demás.

4. Imploremos la gracia de la Navidad.

Pedimos al Señor, por intercesión de María que buscaba albergue para dar a luz a su Niño, para que todas las mujeres y los hombres, especialmente los más pobres, puedan encontrar un lugar digno en el mundo, y que el nuevo año nos encuentre comprometidos viviendo el lema de la jornada mundial de la paz que nos propone el Papa: “Si quieres cultivar la paz, cuida la creación”(…)

Los Obispos de la Región patagónica:

Virginio D. Bressanelli (Obispo de Comodoro Rivadavia) Esteban M. Laxague (Obispo de Viedma) Fernando C. Maletti (Obispo de San Carlos de Bariloche) Marcelo A. Melani (Obispo de Neuquén) Néstor H. Navarro (Obispo del Alto Valle del Río Negro) Juan C. Romanín (Obispo de Río Gallegos) José Slaby (Obispo de la Prelatura de Esquel).

Les deseamos una Feliz navidad y que en el Nuevo año 2010 avancemos en la construcción de nuestros sueños de un mundo con mayor equidad con justicia ambiental, social y cultural.

Son los sinceros deseos del equipo CEPA:

14 años construyendo equidad con

justicia ambiental y cultural