El AGUA DULCE VALE MAS QUE EL ORO
Este 22 de marzo se celebra el día Mundial del Agua. Este año el lema es: AGUA PARA LAS CIUDADES. El objetivo es centrar la atención internacional sobre el impacto del rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos, los desastres naturales y sobre los sistemas urbanos de abastecimiento de agua.
Durante los últimos años la gestión del agua se ha convertido en uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el planeta. Así lo atestigua la Asamblea General de las Naciones Unidas en el “Segundo Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo”, donde se pone de manifiesto que 1.100 millones de personas no tienen acceso a un suministro adecuado de agua y que 2.500 millones no cuentan con acceso a un sistema de saneamiento básico. Además, las enfermedades relacionadas con el mal uso del agua (paludismo, diarrea, cólera…) causan entre 1,6 y 2,5 millones de muertes al año en su mayoría de niños menores de cinco años.
El cambio climático ya está afectando a los recursos hídricos y a su gestión en diversas regiones. Se prevé temperaturas más elevadas y que los cambios en las condiciones climáticas extremas afecten a la disponibilidad y distribución de las precipitaciones, el deshielo, las corrientes de los ríos y las aguas subterráneas y que deterioren la calidad del agua.
En ese marco, nuestra ciudad no está exenta de ese problema. Por ejemplo, el consumo por persona de agua en la ciudad de Oruro es aproximadamente de 100 litros por día, lo que equivale un consumo total en la ciudad de 600 mil metros cúbicos por mes. El Servicio Local de Acueducto (SELA) afirma que está garantizada agua potable para nuestra ciudad hasta el año de 2034 aproximadamente; esto puede adelantarse en función al crecimiento de la población, situación que debería ponernos en alerta.
En la ciudad de Oruro, los problemas más importantes que se presentan en el uso del agua son:
– La Planta de Tratamiento de Aguas Servidas, que está ubicada en la zona sud de la ciudad, no tiene un sistema efectivo de tratamiento de aguas residuales y por esto son vertidas directamente hacia el lago Uru Uru, provocando contaminación a este cuerpo de agua.
– Los pasivos ubicados en la mina San José desvían sus aguas por el canal Roso hacia el lago Uru Uru, conteniendo en las aguas de mina elevadas concentraciones de metales pesados, elevada acidez y sólidos disueltos. En algunas ocasiones el caudal es elevado, lo que ha causado muertes masivas de peces en el lago
– El proyecto Kori Chaca de la Empresa Minera Inti Raymi, está ubicada en el sector oeste de la ciudad. Sus operaciones son a cielo abierto y utilizan cianuro para la extracción de oro. Además tiene almacenado cientos de miles de metros cúbicos de aguas de pésima calidad en las lagunas de evaporación e infiltración. Con sus operaciones estaría comprometiendo a las aguas subterráneas de ese sector con el secamiento de vertientes y desviando aguas del rio Desaguadero.
– Otro problema es que en muchos lugares las aguas subterráneas tienen altas concentraciones de salinidad, por lo menos en los primeros metros de la capa superficial, lo que hace difícil excavar pozos con agua dulce.
Sumado al consumo irracional e ilimitado, es evidente la falta de un tratamiento adecuado de aguas residuales o el re-uso como se practica en otros países
Lamentablemente, esta situación no ha podido ser controlada por las autoridades competentes. Si bien es cierto que tenemos leyes y sus reglamentos que norman las actividades susceptibles a contaminar, en la práctica no han podido ser implementadas adecuadamente, ya sea por falta de voluntad política o simplemente porque las autoridades no las han hecho cumplir. Uno de los ejemplos más dramáticos es que hasta ahora no se ha podido aprobar la Ley de Aguas que está vigente desde 1906 y que a la fecha sigue en revisión.
Norma Mollo Mollo
Unidad: Formación y Comunicación