HABITANTES DE LA TOTORA
Un reencuentro de los Urus del lago Poopó con su historia y la posibilidad de alternativas económicas
“… los que abitan en tierra [con referencia a los Urus el lago Poopó], es en sepulturas debajo de tierra por el frío, i quando viven en la laguna, son sus casas sobre barbacoas i enea; véase el encuentro, que siendo tierra donde nieva i graniça, duermen en sótanos i viven en el agua; los Indios Uros nacen, se crían i viven en esta laguna sobre el agua en la enea, que acá llaman totorales, son muy espesos, i deste género de juncos livianos, aquí abitan sin más ropa ni cubierta (con ser tierra muy fría) que unas esteras desta enea.” (Antonio de la Calancha, 1639)
“Hacíamos hartas balsas, surcábamos encima y hacíamos como una casita y eso se llamaba qura uta, parecida a un hornito, casita de totoral. Entonces ahí siempre sabíamos vivir.
“Donde vivíamos en qura uta siempre. Estábamos en medio de los totorales, cerrados, separados unos de otros.
“Mi papá cortaba totoras, harto sabe recoger la totora. Entonces ahí no más sabíamos dormir, en el totoral, tapando con la totora. Dormíamos juntos en una sola cama, la kesana.” (Daniel Moricio, 1992: 80-85).
La relación de los Urus con la totora tiene una larga data, tal como se aprecia en las citas anteriores. La primera, de Antonio de la Calancha, corresponde a la temprana colonia; en tanto que la segunda, refleja las memorias de Daniel Moricio de aproximadamente las primeras décadas del siglo XX. Un periodo bastante largo que testimonia el dominio de los Urus sobre los espacios lacustres y los recursos acuáticos. La totora, particularmente, es uno de los recursos muy ligado a la historia y la cultura Uru.
La totora proveía a los Urus abrigo y alimento; también servía para la fabricación de sus balsas y casas (qura uta). Lo más impresionante es que los Urus podían habitar encima del agua gracias a la totora, en una suerte de “islas flotantes” que Daniel Moricio aún recuerda de su infancia. Para esto, los Urus aprovechaban la densidad de los totorales, pero también los juntaban hasta el punto de obtener verdaderas islas artificiales. Las islas eran como “el terreno” de los Urus, sobre los que desarrollaban parte de su vida diaria. En las islas se encontraban sus viviendas, su cocina.
Ahora bien, el por qué los Urus vivían de esta manera por tanto tiempo, no solo puede entenderse por su cultura lacustre, sino, sobre todo, por la presión de otros pueblos diferentes que les obligó a refugiarse y escapar de la dominación. En los totorales, pues, encontramos un referente importante de un pueblo milenario que decidió por la resistencia y la libertad. Sin embargo, los tiempos han cambiado, ocurrieron transformaciones sociales y ecológicas que lograron “sacar” a los Urus de su lago y los totorales (algo que los agustinos del siglo XVII vanamente intentaron). Con el transcurrir de los años, el lago se fue secando y los recursos acuáticos dejaron de ser exclusivos para los Urus. Los Urus del lago Poopó terminaron por asentarse en tierra firme y su vida entre las aguas y los totorales es solo un recuerdo; aunque entre los más jóvenes esta historia está cada vez más difusa.
Esto último fue el motivo inicial que llevó a las autoridades de la comunidad Uru de Puñaca Tinta María y el Centro de Ecología y Pueblos Andinos CEPA, a realizar una nueva experiencia de reencuentro de los Urus con la totora; es decir, el reencuentro con la historia a través de un “Curso taller de artesanías en totora”, donde participaron estudiantes, maestros y autoridades comunales de Puñaca. Seguidamente, se pensó que el Curso-taller también podía responder a las demandas acerca de alternativas económicas para las familias Urus, ya que, las escasas tierras de Puñaca (de apenas 5 hectáreas), no les permiten desarrollar otras actividades como la agricultura o ganadería; y ni que decir de la pesca, pues el lago está afectado por la contaminación y descenso de sus aguas, que ya no es posible pensar solo en la pesca como la principal fuente de sustento económico.
Recuperar el conocimiento amplio de sus abuelos con relación a la totora, fabricando artesanías y recreando una forma de vida pasada como atractivo turístico, es una de los anhelos expresados permanentemente por los comunarios de Puñaca. De ahí, se tomó la decisión de realizar el Curso-taller en unas islas flotantes que existen en la comunidad de Quehuaya a orillas del lago Titicaca. Afortunadamente, dichas islas están bajo el cargo de Lorenzo Inda, un destacado líder Uru originario de la comunidad de Iruhitu en las nacientes del Desaguadero, Departamento de La Paz.
Con estos propósitos en mente, los días 29, 30 y 31 de mayo del presente año, la delegación de estudiantes, maestros y autoridades de la comunidad de Puñaca se trasladó, desde Oruro hasta Quehuaya (La Paz). Fueron recibidos por el maestro Uru Lorenzo Inda para comenzar inmediatamente a compartir su destreza con la totora, construyendo pequeños objetos ornamentales. El maestro Inda complementó las labores manuales con narraciones acerca del pasado Uru en medio de los totorales. Lo mejor es que todo aconteció en medio de una isla flotante sobre el lago Titicaca en las cercanías de Quehuaya, lugar donde se desarrollaron los aprendizajes, y donde también se compartieron momentos gratos de convivencia Uru: una comida y hasta el juego con pelota. Inmediatamente, surgió entre los presentes la pregunta de si la vida de los abuelos sobre islas sería así de amena.
También se invitó a una concejal del Municipio de Poopó, a cuya jurisdicción pertenece la comunidad de Puñaca. La H. Felicidad Mamani acompañó a la delegación, esperando que ella pueda transmitir la experiencia a las autoridades del Municipio y éstos a su vez decidan llevar adelante un proyecto similar en beneficio de los comunarios Urus de Puñaca. Un proyecto de turismo que involucre la totora como principal recurso. Entre todos analizamos esta posibilidad, concluyendo inicialmente en lo siguiente:
- Existe el compromiso de parte de la H. Felicidad Mamani de tratar el tema al retorno.
- Dn. Lorenzo Inda manifestó su predisposición para colaborar en todo el proceso, trasladándose incluso hasta Oruro si fuera necesario.
- Las autoridades de Puñaca declararon que debido a la contaminación minera la totora que actualmente se encuentra en el lago Poopó no es de muy buena calidad. Propusieron mejorar la calidad de la totora, llevando ejemplares desde el lago Titicaca.
- La construcción de islas flotantes en las cercanías de Puñaca, sin duda, se observa como una importante alternativa económica para los Urus.
- En Quehuaya, también presenciamos una interesante experiencia de cultivo sobre islas flotantes, que bien podría servir a los Urus del lago Poopó que no tienen terrenos suficientes.
Con estas conclusiones preliminares, la delegación dispuso el retorno, quedando el compromiso de no olvidar estos temas últimos, de los cuáles estaremos pendientes.
Marcelo Lara B.
UNIDAD DE CULTURAS – CEPA