Fiesta de San Blas en Toledo
Cada tres de febrero se celebra la fiesta de San Blas, según el calendario católico. Sin embargo, esta fiesta adquiere una característica propia entre las autoridades originarias de la marka Toledo, provincia Saucarí. Cabe hacer notar que la denominación de esta fiesta adquiere su propia característica según los pobladores de Toledo y se refiere a ella como Santa Plaza T’ikita o San PlazT’ikita. Por otra parte cabe mencionar que durante este día la iglesia católica del lugar está cerrada y no hay misa en referencia a este santo.
Toledo se encuentra a unos 25 kilómetros al sur de la ciudad de Oruro. También se puede decir que se encuentra al extremo sur del río Desaguadero. Está dividido en dos parcialidades; Urinsaya (Ukhati) y Aranzaya (Akhati). La estructura de sus autoridades originarias adquiere la forma de un cuerpo. Por ejemplo: Chukiyuka (cabeza), Chariri (cuerpo), Ullami (rodilla) y Q’asaya (pie). Esta estructura se denomina el Cuerpo de Autoridades Originarias de la Provincia Saucarí (CAO–S).
No nos olvidemos, que las celebraciones de las festividades que realizan las autoridades originarias del mundo andino son parte de ritualidades de petición, agradecimiento y respeto a la Madre Tierra. Por tanto esta fiesta tiene relación con el agua del tiempo del Jallupacha (época de las lluvias que inicia durante el mes de noviembre, según el calendario andino).
La vocación productiva de las comunidades de la marka Toledo esta en base a la crianza del ganado ovino; sin embargo podemos observar que su territorio es extenso, árido y seco, a pesar de que muy cerca pasa el río Desaguadero. Una de las estrategias tecnológicas que usaron los ancestros del lugar fue la construcción de wijiñas, adaptándose a las condiciones climáticas del altiplano. Esta tecnología resulta ser una mezcla entre la agroecología y las tecnologías andinas para la cosecha de aguas como reservorio para enfrentar tiempos largos de sequía o a la época del awtipacha (tiempo seco según el calendario andino). Las wijiñas son depósitos de agua cuyo diámetro es variables entre los 4 y 6 metros, con una profundidad diferenciada entre un metro y un metro con 20 centímetros. El agua que llenan las wijiñas es cosechada durante la temporada de lluvias.
La fiesta de “San Plaz T’ikita” es responsabilidad de las autoridades originarias del CAO-S, quienes colocan un cántaro o Ph’uñu de chicha en medio del patio de sus sedes (casa comunal). El cántaro representa a las wijiñas de la región y la chicha (que debe ser dulce) representa al agua. Según ellos, “el agua es vida para las plantas, para el ganado y para todas las personas”. No debe faltar durante la época seca, por eso debe ser cosechada en la temporada de lluvias. El cántaro es adornado con claveles, flores que se producen en la región. En consecuencia, es parte de las festividades de la época del Jallupacha, pues toda la región se llena de flores y las wijiñas de agua. No falta la alegría y esta alegría debe ser festejada.
Según el pensamiento andino los responsables de la buena producción agrícola y ganadera de los pueblos indígenas originarios son sus autoridades originarias; en consecuencia ellos deben cumplir con sus prácticas culturales y religiosas para que no falte el agua en su región, por tanto los responsables de esta celebración – ritual es el jilaqata o el tata awatiri.
Algunos ancianos de la región manifiestan: “Antes nosotros cuando éramos autoridades originarias, ch’allábamos en las cuatro esquinas; ahora ha cambiado, ahora las autoridades son acompañadas por la tarqueada.
Julián Arias Carballo
CEPA – AMERINDIA