NUESTRO PATRIMONIO HÍDRICO NATURAL SE AGOTA:
EL CASO DE LOS LAGOS URU URU Y POOPÓ
En este artículo ponemos en su consideración una investigación documental realizada por el Grupo Eco Jóvenes del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), sobre la problemática en la cuenca baja compuesta por el río Desaguadero y los lagos Uru Uru y Poopó. El estudio constata que nuestro patrimonio natural hídrico está sufriendo un proceso acelerado de salinización y sedimentación, agravado por la contaminación minera, la contaminación urbana y natural. Este conjunto de factores repercute en la pérdida de cobertura vegetal y degradación de praderas nativas con consecuencias, por supuesto, en la actividad económica y social de la población de las comunidades que viven en sus riberas.
Se está afectando negativamente al ciclo hidrológico del agua, no hay duda, y estas discontinuidades constituyen un verdadero atentado al medio ambiente. Se hace imperativo y vital, en consecuencia, encontrar mecanismos de protección a través de planes, programas, proyectos, etc., con la participación activa de la población, y en especial de las comunidades ribereñas, para la recuperación de la cuenca baja.
Cómo contaminamos los lagos Poopó y Uru Uru
- La degradación y pérdida de fuentes de agua por la actividad minera, industrial y la mala deposición final de aguas residuales domésticas es, sin duda, uno de los problemas que necesitan atención inmediata.
- Las aguas servidas o residuales de la ciudad, las cuales reciben poco tratamiento, al ser depositadas al lago Uru Uru afectan la sobrevivencia de las especies que habitan en dicho lago.
- La minería subterránea bombea cantidades enormes de aguas ácidas y, en la mayoría de los casos, son descargadas sin ningún tipo de tratamiento a los cauces del Poopó.
- La presencia de diversos metales pesados (estaño, plomo, arsénico, cadmio, cobalto, etc.), la salinidad, alcalinidad y dureza, hacen del agua del Poopó no apta para el riego, menos para el consumo humano.
- Últimos estudios realizados por el Instituto de Ecología de la UMSA demuestran que los problemas de degradación de esta agua, pone en riesgo el “crustáceo orureño”, un crustáceo endémico del lago Poopó denominado “Boeckella poopensis”. La perdida de este crustáceo significa perder animales propios del lugar y las posibilidades de estudios y conocimientos sobre el mismo.
- Es lógico pensar que sin las aguas del río Desaguadero es imposible la sobrevivencia del lago Poopó. En este sentido, habrá que considerar factores como la baja precipitación del altiplano central y la elevada evaporación por la radiación solar, entre otros, en la disminución del caudal del mencionado río. Habrá que añadir que, en su proceso, la minería consume grandes volúmenes de agua dulce provenientes del Desaguadero, mermando la recarga natural del lago, acelerando, de esta manera, la sedimentación y la salinización de la cuenca.
Debemos de cuidar el lago Poopó por las siguientes razones:
- La riqueza hídrica de Oruro son los lagos Poopó y Uru Uru, que junto al salar de Coipasa son los receptores de agua que circulan por la cuenca endorreica del Altiplano.
- Las aguas del lago Poopó, históricamente, abastecen de agua a las poblaciones circundantes, lo que constituye un factor fundamental para la actividad económica: ya sea para riego en la agricultura, y por ende en la obtención de forraje para el ganado (p.e. la totora), y en la alimentación humana, ya sea por la pesca y caza de aves acuáticas. En algunos lugares, sus aguas son usadas también para consumo humano.
- El Poopó y Uru Uru son humedales internacionales que cobijan a miles de flamencos y otras aves altoandinas. Ambos lagos también permiten el desarrollo de varias culturas en sus riberas. Sin embargo, estos lagos corren el riesgo de perder sus cualidades, modificando drásticamente el clima del altiplano central, aumentando la sequedad, la pérdida de la biodiversidad y, consecuentemente, lesionando severamente las posibilidades de sobrevivencia de los pobladores.
- Muchas de las poblaciones circundantes al lago, están íntimamente ligadas al ecosistema acuático. Por lo tanto, se nutren de los bienes (caza y pesca) y de los servicios que ofertan (ecoturismo). Así también, son considerados como sitios sagrados por las poblaciones, y que deben ser conservados. Por ello, es sumamente importante garantizar su participación dentro de todas las acciones de planificación, estudio y legislación a realizar.
La legislación y las acciones a tomar
La Ley del Medio Ambiente, Ley 1333, tiene como objetivo principal la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales, regulando las acciones del hombre y promoviendo el desarrollo sostenible con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la población.
La protección de las aguas de lagos y ríos es tuición del Estado, por ser estos de dominio originario del mismo, y por constituirse en un recurso natural básico para todos los procesos vitales. Es por eso que la planificación, protección, conservación y manejo integral de las cuencas debe ser de prioridad nacional.
La ley establece también que “toda persona natural o colectiva, pública o privada, podrá confinar desechos peligrosos que impliquen la degradación del ambiente, previo tratamiento o técnicas adecuadas que neutralicen sus efectos negativos y previa autorización y supervisión de la autoridad ambiental competente” (Art.5), estableciendo que en ningún caso se podrá verter sustancias contaminantes a los sistemas acuáticos.
Es menester conocer, además, que el Lago Poopó cuenta también con dos leyes que tienen como objetivo principal su preservación como área natural. Estas leyes son:
- El 8 de junio de 2000 se declara patrimonio nacional y reserva ecológica de Oruro y de Bolivia al lago Poopó de la Provincia Poopó.
- El 7 de mayo de 2002 se aprueba la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, es decir, fue declarado Sitio RAMSAR.
Se debe respetar el manejo tradicional del agua, ya que las comunidades han adaptado la satisfacción de sus necesidades a los recursos hídricos disponibles en sus zonas, administrándolos con sabiduría y justicia.
En muchas de las comunidades que habitan en las riberas del lago no se conocen estas leyes, lo que nos corresponde es informar para que se cumplan con estas leyes.
Alertar sobre el uso erróneo de los recursos hídricos es un asunto que debiera involucrarnos a todos. El día mundial del agua, que conmemoramos el 22 de marzo, debe llevarnos a reflexionar seriamente sobre este importante patrimonio natural: el agua, y tomar acciones concretas y decididas para su conservación, ya que DE ESTO DEPENDE LA VIDA.
Eva Garnica B.
CEPA