En estas últimas semanas se ha observado grandes incendios en sectores más vulnerables y sensibles como son los bosques de la Chiquitanía y la Amazonía, los que abarcaron extensas zonas ricas en biodiversidad, ecosistemas únicos e invaluables para el planeta. De acuerdo a especialistas en el tema los efectos de este desastre recién se advertirán en los próximos meses y años, su recuperación será todavía más lenta si es que son introducidos cultivos y ganado.
Las consecuencias y efectos no solo se sentirán en el oriente sino el problema será global, es decir, también en el occidente lo sentiremos. En nuestra región pueden darse como es el cambio climático, lo que puede ser más fuertes, intensos y prolongados periodos de sequía, tormentas de arena en épocas que no eran presenciadas en la región; situación que debe preocuparnos, por lo que será necesario y urgente realizar actividades que amortigüen y contrarresten la tragedia ambiental del oriente. Estas acciones pueden ser:
La forestación masiva con especies arbustivas como hierbas, matas y árboles sean éstas nativas o introducidas. Cuando se habla de una campaña de forestación prácticamente se relaciona simplemente a la plantación de árboles que es difundida en grandes anuncios, pero cuando se hace la cuantificación de árboles prendidos no llegan ni al cinco por ciento. Entonces una campaña de forestación debe consistir desde el involucramiento de instituciones públicas (gobernación, municipios, universidad, colegios, fuerzas armadas, policía, mineros y otras) y privadas (COTEOR, Banca, ELFEO, Mineros cooperativizados y privado entre otras), la ubicación de zonas en las que se pueda establecer bosques o bosquecillos, sin descartar los parques, jardines, calles, avenidas, áreas rurales (comunidades) y zonas mineras. La disponibilidad de árboles, arbustos y matas en una cantidad suficiente que pueda alcanzar unos cien mil especímenes, la recolección y un fondo común de recursos económicos para la campaña. La excavación de hoyos adecuados para la plantación de árboles, arbustos y matas, con sus respectivas tierras agrícolas, estiércol y la cubierta para la planta. La generación de una normativa sea a nivel local o departamental que incentive la reforestación, puede ser incorporar como requisito para obtener el título de bachiller o el de profesionalización de la universidad, normal o otra institución de formación, a partir de un el descuento en el impuesto la constancia de que se ha plantado un árbol.
La campaña de forestación debe incorporar a los medios de comunicación (prensa escrita, oral y televisiva) que puedan difundir material que sensibilicen y capaciten a la ciudadanía en general sobre la importancia de esta acción. Por otra parte si se tiene establecido el día de la bicicleta o del peatón un jornada por año, porque no se podría establecer EL DÍA DE LA CAMPAÑA FORESTAL una vez al año.
Así mismo se debe crear una institución descentralizada e institucionalizada, el Instituto Departamental de Forestación y Reforestación (IDFOR), encabezada por un directorio compuesto por las instituciones competentes del el área quienes regularían todos los programas, proyectos y actividades forestales (árbol, arbusto, mata y hierba) ejecutadas durante todo el año, no solamente un día, ya que la actividad forestal requiere preparación, acción, seguimiento y monitoreo para que tenga éxito. Otra de las instancias más importantes en la que se debe incidir es la educación ambiental, se debe incorporar en la currícula del estudiante la importancia de la forestación y su impacto en la vida humana.
La reforestación es el proceso de volver a sembrar, cultivar o plantar en una superficie que había perdido su cobertura vegetal (árbol, arbusto, mata y hierba), es decir que la reforestación se desarrolla en terrenos que, en algún momento han estado cubiertos por plantas pero que, por alguna razón, han perdido su vegetación.
Son varias las causas que pueden dar lugar a la deforestación: la sobreexplotación de los recursos forestales, un incendio, una sequía, el avance de las zonas urbanizadas y el incremento del número de ganado son algunas de ellas. Cuando se produce esta deforestación y luego se pretende volver a contar con vegetación en dichos terrenos, se lleva a cabo la reforestación.
Una vez que se produce la pérdida de los recursos forestales, su recuperación puede demorar mucho tiempo y exigir numerosos esfuerzos. La reforestación es necesaria para salvar la estabilidad térmica de nuestro medio, pero esta tarea no debe quedar solamente en manos del gobierno departamental, municipal o comunidades; por el contrario, todos podemos participar con nuestro granito de arena, que puede consistir en plantar y cuidar un árbol sea frutal u ornamental, en el espacio que tengamos disponible, el cual puede ser tan grande como un jardín o tan pequeño como una maceta.
Norma Mollo Mollo
Responsable Comunicación CEPA