Nº1077: Presentación del libro: Utilidad de los indicadores naturales en la gestión de riesgo agrícola

PRESENTACIÓN DEL LIBRO

“UTILIDAD DE LOS INDICADORES NATURALES EN LA GESTIÓN DEL RIESGO AGRÍCOLA”.

Una experiencia del saber ancestral en Cutusuma, Altiplano Norte de Bolivia

El día 13 de Diciembre, en la carrera de Antropología de la UTO se realizó la presentación del libro de Egler Huarachi Mamani, titulado “UTILIDAD DE LOS INDICADORES NATURALES EN LA GESTIÓN DEL RIESGO AGRÍCOLA. Una experiencia del saber ancestral en Cutusuma, Altiplano Norte de Bolivia”. A nombre del Centro de Ecología y Pueblos Andinos y del hermano Gilberto Pauwels, se agradecía por la confianza puesta en la institución para expresar las siguientes  palabras sobre el mencionado trabajo:

“Egler Huarachi antropólogo, magister en Ingeniería Ambiental y Recursos Naturales, ha sido uno de los jóvenes investigadores profesionales ligados al CEPA. Siempre visionario para emprender sus trabajos. En el pasado nos ha brindado títulos como: “Quinua, producir para vender (Puqui – Salinas)”; “Sal y salares andinos” (tradición y perspectivas, entre ellas el litio). Hoy nos presenta el documento “Utilidad de los indicadores naturales en la gestión del riesgo agrícola” sobre el polémico tema del cambio climático y sus efectos locales.

Sobre éste último, se señaló, que su contenido nos llevaba a reflexionar una vez más sobre el occidente centrismo de las políticas de modernización que vinieron desde afuera por intermedio de los “paquetes técnico-productivos de agricultura moderna”. Que no han hecho otra cosa que ocasionar una serie de impactos de orden histórico, económico, tecnológico, ecológico y socio-cultural en los pueblos y comunidades indígena originario campesinos de esta parte de los Andes.

Esta transferencia desde el centro del capitalismo, ha ensombrecido el panorama social y cultural de las comunidades. Sin embargo, y a pesar de esa transferencia, la trascendencia que alcanzaron en la época prehispánica hasta la época actual, las tecnologías propiamente originarias ligadas ala agricultura junto a la organización social. Fueron notables en el afán de satisfacer las necesidades básicas para alimentar a poblaciones grandes a través de la producción tanto en cantidad como en calidad. Para ello, se crearon infraestructura de almacenamiento y conservación así como conocimientos adecuados al medio, con el fin de contrarrestarlos fenómenos naturales como las sequías y las heladas.

Conectadas a éstas prácticas que perviven hasta hoy y que están destinadas a garantizar la suficiencia alimentaria, está la relación íntima entre el hombre andino y su entorno natural.

Ésta conexión permite mantener un diálogo con los sistemas de vida existentes en las comunidades. Ahí están los animales, las plantas, el viento, la lluvia, los cerros. Todos ellos “pueden avisar” a la comunidad cuándo lloverá, cuándo será mal año, cómo será la producción.

Es precisamente, este diálogo, el que el hermano Egler Huarachi, describe y nos comunica con mucha sencillez, con una metodología clara y comprensible. Tejiendo las ideas, tejiendo los escenarios naturales y sobre todo el conocimiento de la comunidad de Cutusuma del Municipio de Batallas en el departamento de La Paz en el altiplano norte.

El documento nos permite visualizar la dinámica de la comunidad de Cutusuma. Que tiene a los Yapukamanis y a los Yapuchiris como protectores de la producción. No sólo son los “pronosticadores del clima”, son también los reproductores de un pensamiento profundo que emerge del diálogo con el entorno natural. Su conexión con los “mensajeros del cosmos”: el atoj, la keñua, el leqeleqe, los phuyus, el wayralos convierte en vivificadores de la existencia y conocimiento de la comunidad.

No sólo nos comunica la potencialidad del pensamiento y de los saberes de hombres, de animales, de plantas, sino también revitaliza la importancia de  un alimento prehispánico que ha logrado colonizar a los “colonizadores occidentales”. Hablamos de “la papa”, que se constituye en uno de los aportes más visibles e indiscutible de los Andes a la humanidad. Su producción se garantiza no sólo alimentándola de agua y tierra, sino también del cariño y afecto de quiénes evitan que sea lastimada con el granizo, las heladas o las sequías. Porque cuidarla, significa cuidar el bienestar de la familia.

Por último, el hermano Egler nos advierte cómo la “crisis climática” llamada cambio climático, está transformando los ciclos naturales de producción en la y las comunidades. Sin embargo, hay un desafío. Un reto comunitario de mantener y reproducir ese diálogo intrínseco entre los “mensajeros del cosmos”, los yapukamanis y los yapuchiris.

El mensaje profundo del trabajo que tenemos aquí, es el de mostrar la vivencia de una comunidad que cristaliza una identidad, un proceso vivo de autoafirmación cultural colectiva en torno a un diálogo recíproco entre los seres, para cuidar la vida y para garantizar la producción.

El documento, nos recuerda que cotidianamente nuestras culturas reproducen conocimiento. Si bien casi siempre estamos al borde de los efectos de la globalización del capital, que ha globalizado el individualismo. Si bien podemos afirmar que la maximización del capital y de la acumulación, ha degradado tanto nuestra vida espiritual como la vida de nuestra madre tierra en un proceso que no se detiene. El mensaje implícito de este documento es, que es tiempo de globalizar el pensamiento y los saberes de los pueblos indígena originario campesinos. Aspecto que está en nuestras manos”.

Con la presencia y comentarios del MSc. Boris Pozo Director de la carrera de Antropología y el Ing. Gonzaga Ayala Agrónomo e Investigador además de una explicación sobre la experiencia del propio autor. Se dio por entregado el documento a todos los interesados cuya difusión se hace en las bibliotecas de la UTO y la librería CEPA.

Ruth Vilches Torrejón

Carol Rocha Grimoldi

CEPA