Nº43: Conversando para un conocimiento crítico de nuestra realidad: La Virgen de piedra, 06-03-13

Conversación para un conocimiento crítico de nuestra realidad

LA VIRGEN DE PIEDRA

Alicia Cuiza: Como parte de nuestra formación en la carrera de antropología de la universidad (UTO), a los estudiantes se nos da la tarea de realizar pequeñas investigaciones sobre nuestra realidad con la finalidad de llegar a una mejor comprensión de cómo la población reacciona frente a nuevos fenómenos. Una de las novedades más llamativas de los últimos tiempos es sin duda la estatua gigante -con 45 metros de altura- de la Virgen del Socavón en el cerro de Santa Bárbara. ¿Cómo podemos descubrir qué significación tiene este monumento para nuestra gente?

Gilberto Pauwels: Conversando. La antropología tiene una serie de técnicas de entrevistas que permiten acumular datos sobre lo que se piensa en relación a un determinado tema. Casi nunca va a ser una respuesta unívoca; la respuesta está siempre colorada por el género, la edad, estatus social, identidad étnica, religión, opción política, historia personal, etc… de los entrevistados. Sistematizando estos datos se llegará por lo menos a una tipología de tendencias. Pero, como sabes, para un antropólogo eso no es suficiente. No podemos limitarnos a registrar lo que dice la gente, debemos en lo posible confrontar lo que se dice con lo que hace la gente referente al tema en la vida cotidiana. Y es preferible que eso no se haga simplemente como un observador externo, sino participando hasta cierto grado en el evento, rito, trabajo, fiesta, peregrinación o lo que sea. Escuchar, observar, participar,… para poder sistematizar, interpretar, explicitar, analizar, y finalmente exponer, eso es lo que nos toca.

Alicia: Cuando se pregunta a la gente por qué están viniendo a la Virgen, la respuesta es corta y poco relevante: “por costumbre; por devoción; para pedir favores; para agradecer por lo recibido…”, es lo que más se escucha y los pequeños actos rituales que se realizan van en el mismo sentido. Me pregunto si de esta manera vamos a profundizar mucho.

Gilberto: Se podía empezar con cambiar la pregunta. Podrían ser más en el sentido de: “¿Quién es la Virgen para ti? A qué o a quiénes representa la Virgen”? Creo que con este enfoque ya se podría recibir respuestas más  variadas. Y es importante preguntarlo no solamente a los que están allí arriba en el cerro, sino también en otros lugares y circunstancias. Uno u otro pueda contestar que es la Madre de Jesús o que se trata de un ídolo, o que es la copia de la Virgen que está en el santuario del Socavón, copia de la verdadera. La mayoría, pienso, la va a relacionar con el Carnaval, con o sin referencia religiosa, al turismo, como lugar de paseo, como expresión de la orureñidad,… La Virgen de Socavón es nuestra, van a decir, es orureña.

Alicia: La Virgen del Socavón tiene su origen en la fe católica, forma parte de la vida de la iglesia católica. Iglesias evangélicas y otros grupos religiosos no la asumen como tal, mientras que las prácticas religiosas andinas la tienen incluida en su visión cósmica, pero dan a la Virgen un sentido propio. ¿Podemos encontrar algo común en tanta diversidad?

Gilberto: Yo creo que sí. La Virgen del Socavón forma parte de la historia de Oruro, tanto de la historia llamada “mítica” (conocida como de las plagas), como de la historia socio-eclesial (enfocada desde la lucha entre el bien y el mal) y la historia  colonial – contemporánea urbana (del Chiru Chiru y del Nina Nina). Todos damos una interpretación propia a estas historias, pero todos aceptamos que forman parte de nuestra identidad orureña. De hecho la imagen gigante de la Virgen ha sido construida por nuestras autoridades con los fondos de todos. Eso es algo bonito que no debe perderse. Ningún grupo o institución puede apropiarse de la Virgen, la imagen es de todos los orureños. Todos podemos darle la interpretación que queramos a condición de que nos respetemos mutuamente. Para los católicos seguramente es un orgullo que un símbolo mariano ha llegado a inculturarse plenamente en la identidad orureña, pero su significado no puede ser impuesto a los demás. Es un monumento histórico para todos y al mismo tiempo vivencial para muchos.

Alicia: La Virgen gigante es de cemento, es de piedra digamos, pero es nuevo, es reciente. No tiene el recorrido histórico de la pintura mural de la Virgen del Socavón en el santuario, ni de la víbora o el sapo transformados en piedras según la historia oral local.  Esta falta de raíces, ¿no va impedir que la imagen llegue a tener un sentido religioso de importancia?

Gilberto: Sobre este tema escuché varios comentarios y testimonios bonitos, que seguramente pueden ser enriquecidos o corregidos por la investigación que van a hacer.

Primero, que haya una nueva imagen, -que es además una estatua tan imponente y visible, -no representa ningún problema para nuestra gente y no quita ninguna importancia a las demás imágenes. Las prácticas religiosas de nuestra gente no son excluyentes; al contrario siempre existe predisponibilidad para ampliar el horizonte. Es una característica más de la religión andina que de la religión cristiana, pero es una actitud que está profundamente presente en nuestro pueblo. Se percibe que Dios sigue manifestándose de muchas maneras.

Segundo, efectivamente nuestra gente va a lo más auténtico, fundamentado en las tradiciones antiguas. Por ejemplo, la piedra del sapo ha sufrido un atentado con dinamita en los años 40 por un militar que consideraba un peligro revolucionario la concentración de tanta gente en este lugar. Posteriormente al lado del sapo destruido se construyó un sapo de cemento, pero para los ritos de Carnaval se sigue dando preferencia a los restos del sapo histórico de piedra. Así también, al lado de la piedra que representa el cóndor, hace pocos años la alcaldía construyó un cóndor de cemento, para dar mayor visibilidad al lugar, pero para los ritos de Jallupacha y en otros momentos la atención va en primer lugar a la roca del cóndor histórico. Y lo mismo pasa con la víbora, donde se ha colocado una víbora grande de fiero. Los ritos se hacen frente a las rocas ya negras de tantas fogatas. En este sentido no hay duda: me parece que la Virgen del Socavón en el santuario mismo siempre tendrá la preferencia de los feligreses que acuden a ella.

Tercero, el hecho que la presencia de la Virgen del Socavón en Oruro ya no se visibiliza solamente mediante una pintura frágil y vulnerable, sino por un monumento robusto y gigante de cemento, de piedra, puede recibir, desde las tradiciones originarias, interpretaciones llamativas. Según las tradiciones urbanas, los animales salvajes que amenazaron la civilización ciudadana, fueron matados y petrificados por una ñusta incaica. Según las tradiciones andinas de los Urus, ha sido al contrario: los animales no fueron matados, sino precisamente para no ser liquidados, se transformaron en piedras y con eso eternizaron su presencia en este lugar. Que siguen bien vivos, dicen los ancianos, se demuestra por los muchos ritos que les siguen haciendo la gente pidiendo beneficios y protección. Ahora, se dice que también  la Virgen es de piedra y que con eso se está asegurando su presencia en Oruro para siempre, a beneficio de todos los orureños y de todos los que acuden a ella. La Virgen ha llegado a ser una parte inseparable de la cosmovisión orureña.

Estas tres propuestas de conclusiones  antropológicas, se les doy como hipótesis. No puedo entrar ahora en los detalles de comprobación. Espero que los datos que van a recoger, puedan dar nuevas luces sobre el significado que puede tener la Virgen gigante para los diferentes sectores de la población: el sector urbano, -por un lado del centro y por el otro lado de la periferia, -y el sector originario, tanto campesino como minero.

Alicia: Una última pregunta, más allá de la entrevista sobre la investigación antropológica. Quiero iniciar ya la investigación con una entrevista personal de profundidad. Para, Gilberto, ¿cuál es la característica más importante que tiene la Virgen del Socavón?

Gilberto: Ay, esta es una pregunta difícil. Lo que voy a dar como respuesta es simplemente una percepción personal, que no quiero imponer a nadie. Es una interpretación un poco fuera de lo común y corriente, porque estoy convencido que todavía no hemos descubierto ni divulgado en su plenitud “el patrimonio oral para la humanidad” que sustenta el Carnaval de Oruro. Me explico.

La Entrada del Carnaval ha tenido que complementarse con el Anata, por respeto a la riqueza histórica de música, bailes, trajes,… del Carnaval de nuestro departamento. Lo mismo tiene que hacerse todavía con las tradiciones orales, que pueden explicitar los hechos y procesos históricos y naturales que estamos festejando. Hasta ahora nos contentamos con las tradiciones mayormente urbanas, posiblemente cargadas de perjuicios coloniales y discriminación inconscientes. Nos falta recuperar las tradiciones orales rurales sobre el Carnaval y sobre la Virgen. Deben contener una riqueza extraordinaria. Ojala que no sea ya demasiado tarde.

Doy un ejemplo. Acabo de ver la producción audiovisiual “La Danza de los Diablos”, de la cual una parte ha sido realizado en Chuzekery con el apoyo de CEPA, entre otros. La película está hecha a base de la poesía de Don Carlos Mendizábal Camacho. Lo importante ocurre al final. Durante toda la película, el arcángel San Miguel y los Supay están peleando a muerte, pero al final la Virgen del Socavón les junta y les hace bailar juntos. Aquí hay que tomar en cuenta que los Supay originalmente representan los antepasados, de ninguna manera espíritus del mal. La Virgen reconcilia, unifica el mundo cristiano con el mundo andino. Este hecho lo encontramos también en las tradiciones orales más remotas. Y es lo que siempre me ha llamado la atención en el santuario. San Miguel, llegando a la Virgen del Socavón, se comporta exactamente de la misma manera que los Supay (de la Diablada). No hay confrontación, sino es un encuentro  muy emocional de todos con la Virgen. La Virgen no se presenta con una espada, sino con un Niño en sus brazos y con una vela como símbolo de la vida que le espera al Niño: gastar y entregar su vida siendo luz para los demás.

Para mí, la Virgen del Socavón es símbolo de unidad y diálogo en la diversidad, entre todo y todos, entre clases sociales, ecosistemas, culturas y religiones, sin exclusiones. Son los orureños mismos que han entendido el mensaje y han convertido y transformado la confrontación en convivencia.

Pero eso es la visión a la que personalmente he llegado; ahora toca a vosotros registrar la diversidad de interpretaciones existentes y los caminos de convergencia hacia la Virgen Orureña. La Virgen gigante de piedra es una nueva expresión más de la experiencia religiosa única y ya larga del pueblo de Oruro.

Alicia: La tarea que nos quieres dar, me parece demasiado grande. Pero sí, trataremos de salir de las descripciones y explicaciones de siempre y de encontrar nuevas facetas que puedan ayudar a entender mejor lo que vive y busca nuestro pueblo.

Alicia Cuiza Churqui
Unidad de Formación y Comunicación – CEPA