¿Cómo se relaciona nuestra Madre la Iglesia con la Madre Tierra?
Es una pregunta difícil. Existen varias opiniones en la Iglesia sobre cómo cuidar la naturaleza y diferentes visiones sobre la identidad de la Madre Tierra, la Pachamama.
- De todos modos, es un momento oportuno para reflexionar sobre eso. A ocasión del Cuaresma 20l2, hace dos años, los Obispos de Bolivia publicaron una carta pastoral, que lleva como título: “El Universo, Don de Dios para la Vida. Carta Pastoral sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano en Bolivia.” La carta nos invita a poner la cuaresma, la preparación hacia la Fiesta de la Resurrección en el contexto de la resurrección de toda la creación, del Universo. Toda la naturaleza vive la Semana Santa y las Pascuas, no solo las personas.
- La preocupación por los recursos naturales no es nueva en las orientaciones pastorales de la Iglesia. En el año 2000 la Conferencia Episcopal Boliviana divulgó una carta sobre “Tierra – Madre fecunda para todos” y en el año 2003 sobre “Agua – Fuente de Vida y Don para Todos”. Los Obispos del continente, reunidos en Asamblea General en Aparecida (2007), como nunca antes, se dedicaron al tema ambiental. Y el Papa Francisco relaciona su nombre con el Santo Ecologista de Asís. La promesa está hecha: este año saldrá un mensaje extenso para la Iglesia universal y el mundo entero sobre el medio ambiente y la pobreza.
- Los temas centrales son: debemos respetar y defender la creación; los recursos naturales son de todos y para todos; la distribución es cuestión de justicia y de solidaridad. Los obispos de Bolivia denuncian sobre todo las causas del cambio climático. La Asamblea Latinoamericana de Aparecida menciona explícitamente los excesos de contaminación por las industrias extractivas.
- Es llamativo que la Iglesia relaciona el respeto para la creación y la defensa de justicia socio ambiental con las prácticas y la espiritualidad de los pueblos indígenas originarios. Así lo expresa en no. 111 de la Carta Pastoral: “Pedimos especialmente a los pueblos indígenas que con su testimonio de respeto de la relación entre el hombre y la naturaleza, – todavía muy presente en su estilo de vida, y que parte de una concepción ecológica profunda y espiritual de la tierra,- nos ayuden a cultivar la empatía con ‘nuestra Madre Tierra’ y traducirla en acciones concretas.” Es profético que la Iglesia pide la ayuda de los pueblos indígenas, que quiere aprender de sus prácticas y espiritualidad. Falta descubrir y fortalecer canales adecuados para poner en práctica este deseo y propuesta.
- En el conjunto de la Carta Pastoral se percibe cierto temor por el relacionamiento con la Madre Tierra. Se teme que pueda quitar valor a la persona humana o que puede hacer sombra a la divinidad de Dios. Se quiere evitar que la Pachamama sea considera como “divina” y quitarle la relación de dar y recibir. Personalmente considero que para este temor por la relación ritual con la Madre Tierra no hay mucho motivo. Para los pueblos originarios la existencia de un Dios Creador, a veces llamado el Padre Eterno, es una evidencia. Todo lo demás es su creación, que también merece consideración. Si a mi propia madre, la puedo cuidar, proteger, defender, agradecer, dar y recibir,… ¿por qué no podría hacer lo mismo con la Madre Tierra, también creatura de Dios?
- La carta cuaresmal de nuestros obispos contiene diez páginas de orientaciones concretas a asumir y responsabilidades a cumplir. ¿En qué medida han sido puestas en práctica? ¿Dónde ya existe una Comisión de Protección de la Creación? (no.92) ¿Dónde se celebra anualmente una Semana por la Creación? (no.100) Estos y otros instrumentos podrían animar, motivar e incentivar a los laicos y laicas a comprometerse y organizarse, en alianza con otras entidades, para incidir en la sociedad en defensa de la Madre Tierra en acciones concretas (residuos sólidos, agua, tierras, aire, árboles y flores, energía,…). ¿Cómo empoderar las víctimas de delitos y desastres ambientales en defensa de sus derechos? ¿Cómo evitar la toma de riesgos irresponsables frente a la naturaleza? Son preguntas que nos hace la Madre Tierra. A todos, sin exclusión o excepción.
- El peor peligro que corre la Madre Tierra es la manipulación de su protección o abandono por fines políticos o por intereses personales o de grupo. Lo más valioso y auténtico es la relación íntima y directa de agricultores, pastores y pescadores con las tierras y aguas. Este no debe perderse.
Tengo la impresión que, en el futuro, la gran diversidad de expresiones religiosas de nuestros pueblos, incluidas nuestra Madre Iglesia y las Iglesias en general, estarán entre los más fervientes defensores de la Madre Tierra.
Hno. Gilberto Pauwels
CEPA