No 1052 5 de junio día del medio ambiente PLÁSTICOS, RESIDUOS ELECTRÓNICOS Y RESIDUOS HOSPITALARIOS CONTAMINACIÓN DEL SIGLO XXI

5 de junio día del medio ambiente

PLÁSTICOS, RESÍDUOS ELECTRÓNICOS Y RESIDUOS HOSPITALARIOS CONTAMINACIÓN DEL SIGLO XXI

Recuerdo que en décadas atrás había muy poco plástico, las prendas de vestir eran de algodón, las botellas de vidrio, las sillas y mesas de madera, vasos y platos de cerámica, ventanas de vidrio, en fin los objetos se obtenían de productos de la naturaleza fueran plantas y animales.

Desde el descubrimiento de los derivados del petróleo es que se puede obtener plástico, su uso se ha generalizado de tal manera que el plástico ha inundado nuestras vidas, nuestros mares y hasta nuestro aire. Miles y miles de productos son fabricados con plástico, un material que tarda años en degradarse y por ello, los mares, océanos y todos los ecosistemas se han visto afectados.

En la visita realizada por estudiantes y profesores de la Universidad de ODISSE (Bélgica) a la ciudad de Oruro el pasado año, han indicado que la contaminación más importante de nuestra ciudad es el plástico. Se advierte su presencia en el agua, en el suelo, el aire. Es más aseveran que absorbemos plástico del aire que ingresa a nuestra piel. Inclusive ha asociado muchas enfermedades su uso excesivo.

En cuanto a los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), anualmente, se generan en todo el mundo más de 40 millones de toneladas de basura electrónica. A medida que avanza la tecnología, también crece la demanda de artículos que buscan facilitar la comodidad de las personas, hace 50 años la radio era un medio de comunicación y entretenimiento útil y satisfactorio, luego vino el televisor blanco y negro, después el televisor a color, enseguida telecable; ahora el televisor más el cable más el internet y otras aplicaciones, pero no solamente un aparato sino, para cada miembro de la familia ¿dónde queda lo que ya no se usa? Si hablamos de otros productos el círculo es el mismo.

Se consideran aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) a todos los aparatos que para funcionar debidamente necesitan corriente eléctrica o campos electromagnéticos, y los aparatos necesarios para generar, transmitir y medir tales corrientes y campos, que están destinados a ser utilizados con una tensión nominal corriente y alterna. Estos aparatos  están teniendo un crecimiento muy rápido, tres veces superior al ritmo del resto de residuos sólidos urbanos. De hecho, la cantidad de basura electrónica que se genera ya llega a compararse con los elevadísimos niveles de residuos de envases de plástico, con la diferencia de que los RAEE son mucho más peligrosos si no se tratan correctamente.

Este tipo de residuos están compuestos por varios elementos tóxicos. Entre las sustancias más habituales que contienen se encuentran elementos como el cadmio, el plomo, el óxido de plomo, plata, cobre, antimonio, el níquel y el mercurio, entre otros.

Algunos de estos químicos peligrosos utilizados en estos aparatos son: el cadmio, utilizado en baterías recargables, contactos y conexiones de monitores de tubo de rayo catódico; plomo, contenido en los monitores de tubo de rayo catódico y en las soldaduras; cromo que se usa en las cubiertas de metal; mercurio utilizado en monitores de pantalla plana dentro del sistema de iluminación; bromo utilizados en tarjetas de circuito y cubiertas de plástico.

Otro de los sectores que genera residuos peligrosos para el medio ambiente y la salud son los hospitales. La aparición de nuevas enfermedades, y el crecimiento poblacional hacen que los hospitales estén repletos de enfermos y por consiguiente los fármacos se han hecho imprescindibles para la cura de estos.

Además los  Hospitales donde se brinda asistencia médica;  desarrollan también  funciones de investigaciones; rehabilitaciones; prevenciones; si bien todas estas actividades son beneficiosas para la comunidad; pero a la ves provocan impacto negativo ya que inevitablemente se producen desechos  por médicos, enfermeros, trabajadores, pacientes, en cuanto a jeringas, gasas, residuos de investigación, efectos indeseables en general.

Una de las posibilidades para combatir la contaminación es que cada Hospital disponga de una Organización de Protección Ambiental, con el objetivo de otorgar un protocolo adecuado que sea un beneficio en cuanto a gastos y costos hospitalarios, agua, luz, gas, reciclaje de los residuos producidos por el hospital, previniendo la contaminación de agua, suelo que perjudique la salud de las generaciones presentes y futuras.

En nuestra ciudad estos residuos se acumulan de manera alarmante, pero su tratamiento es mínimo, no es suficiente el espacio destinado por EMAO y no se conoce el destino final de estos residuos, lo que preocupa por la peligrosidad que conlleva a la salud humana y al medio ambiente.

Pero eso no queda ahí, puesto que crece el número de farmacias, laboratorios, clínicas privadas, consultorios y otros donde se expenden medicamentos que son consumidos por los pacientes, los residuos de estos fármacos no se saben dónde son depositados o es que son mezclados con la basura común, o aún son conservados en casa. En suma no se tiene un manejo, tratamiento y disposición final adecuada.

Estos residuos mencionados van creciendo paulatinamente a medida que la población  se incrementa y con ella sus necesidades, si bien existen estudios preliminares sus resultados no se han socializado para conocer su peligrosidad para la salud humana y el medio ambiente, peor aún se evidencia que no se hace un recojo diferenciado/clasificado, su tratamiento y su disposición final.

En cuanto a las normas vigentes, no existen leyes específicas para el tratamiento de estos residuos, de ahí la necesidad de trabajar en estos aspectos mencionados, más aún en la actitud y la educación ciudadana para el manejo de los mismos. Tarea imprescindible que en ese aspecto ni la basura común podemos manejar adecuadamente, por lo que es necesario instar a las autoridades competentes trabajar en estas normas e incidir en la educación ambiental.

Norma Mollo Mollo

Responsable de comunicación CEPA