Nº15: SAMCO sabiduría popular ,28-05-07

SAMCO
SABIDURÍA POPULAR

-¿Sabes de qué manera estamos buscando crear fuentes de trabajo? Tres mujeres, paradas en una de la esquinas de la Avenida España, me detienen para hacerme esta pregunta. Me sorprenden sus palabras y les digo:

-Pero muchos dicen que Ustedes están impidiendo que se trabaje, por su exigencia de que SAMCO se reubique en otra parte.

-Sips, pedimos el traslado. Pero consideramos el cambio de lugar ya como una ocasión de empleo. ¿Cuántos trabajadores se van a necesitar para construir una nueva empresa en el parque industrial y para trasladar lo que sirve todavía? ¿Y cuántos comercios de Oruro tendrán la oportunidad de vender algo para todo eso? De todos modos van a necesitar mucho más trabajadores que los pocos que por el momento no están haciendo su trabajo acostumbrado. Y no solo eso…

Otra señora le interrumpe.

-Por el momento es una sola sección de la empresa que no produce, con pocos trabajadores; las otras trabajan normalmente. Una vez que la empresa podrá reiniciar su producción en otro lugar, volverán las fuentes de trabajo. Y me imagino que será con tecnología de producción modernizada, con más seguridad y menos contaminación. Esto conviene a los trabajadores y también a nosotros, los vecinos, por que nosotras, como madres de familia, ya no queremos correr riesgos.

-Si, entiendo. Pero yo escuché que los empresarios por el momento no disponen del capital necesario para hacerlo. Es por eso que…

La tercera no necesita mayor explicación, ya tiene lista una respuesta.

-Lo que pueden hacer los propietarios, es vender el terreno donde está la planta actual. Es toda una cuadra en plena zona urbana. Hace años lo habrán recibido casi gratis, cuando era pampita no más. Ahora vale una fortuna. No quisiéramos que estos terrenos, una vez desmantelada la planta, queden sin utilizar, como los de la Fundición Peró, aquí en la misma avenida ya desde tantos años. Debe haber gente o empresas en nuestro distrito con ideas para hacer algo con estos terrenos. Algo que genere fuentes de trabajo. Es por eso que decimos que no nos pueden decir que estamos quitando fuentes de trabajo; más bien estamos buscando de crear otras más.

Escuchando eso, aprovecho la oportunidad para desafiarlas.

– Y… ¿ya han pensado algo? ¿Qué es lo que nos hace falta aquí en el Sur? ¿Qué se podría hacer con un terreno de una cuadra entera, colindando con la Avenida España?

La señora que me había invitado a participar, retoma la conversación.

-Es precisamente sobre eso que estábamos hablando cuando llegaste y quisiéramos conocer tu opinión. Aquí en el Sur, no hay hoteles. Sabes que aquí en la Avenida España existe facilidad de transporte a todas partes de la ciudad. ¿No te parece que toda esta cuadra se podría transformar en un gran hotel? Imagínate con cuantos trabajadores se construye eso y cuantas personas se necesitaría para hacerlo funcionar. Y sin riesgos ambientales…

Aparentemente sobre qué hacer en este lugar, las tres todavía no habían llegado a una conclusión. La otra presenta una propuesta diferente.

-Si, se podría; pero ya les he dicho que me gustaría más algo nuestro. Yo pensaba, por ejemplo, en un mercado artesanal. Hablamos mucho de nuestras culturas originarias y nos consideramos capital del folklore boliviano, pero en estas cosas, no solo las ciudades del eje central, también Sucre y Potosí nos ganan. Tenemos mucho, pero nos faltan espacios para presentarnos. Tenemos de todo…

– … Tienes razón, tenemos de todo. Pero no siempre pensamos en todo. No se trata solamente de objetos de arte. Sabemos cocinar. Tenemos también nuestra comida típica. Con carne de llama por ejemplo. Tanto tiempo lo hemos desestimado. La mitad de la cuadra, que ahora consideramos como una amenaza para la zona, podría convertirse en restaurantes típicos. Para nuestra propia gente y también para turistas. A lo que nosotros mismos producimos, a nuestra producción regional, darle un valor agregado, de esto se trata me parece…

Las mujeres retoman su discusión con tanto ánimo, que un tiempito se olvidan de mi presencia. Se entusiasman por las fuentes de trabajo que podrían generar el traslado y la modernización de la planta. Daría pena que tanta experiencia acumulada de ingenieros y trabajadores se pierda, dicen, pero ya no se puede permitir que sea a costa de y con riesgos para la salud de los vecinos. Siguen buscando propuestas como alternativas para la zona. Y de repente me devuelven la pelota.

-Ustedes como CEPA, que son también vecinos de lo que vemos como “la cuadra de la nueva esperanza”, ¿a qué o a quiénes quisieran tener como vecinos?

-Eh, japs… Depende en primer lugar de los dueños, de lo que ellos quieren o pueden hacer. Si, como se ha dicho, venden el terreno para poder construir una nueva planta química en otra parte, en este caso dependerá de los nuevos propietarios. Es propiedad privada. Pero, si,… me parece que hay algo que es prioritario. Oruro tiene algo muy particular, un aporte único para la humanidad. No, no estoy hablando del Carnaval, aunque lo es también. Para mí, las verdaderas “pepitas de oro” en Oruro, que nunca acabarán, son los granitos de la quinua. Pero ¿qué vemos?…pues, que no les vemos. Quisiera que aquí cerquita, o donde sea en Oruro, surja un “Mercado Nacional de la Quinua y sus Derivados”. No hablo de una procesadora, sino de un lugar dónde la quinua se hace visible, donde se compre y se venda como algo nuestro, en todas sus formas. Hay muchos productos que pueden prepararse con quinua. Podría haber además los restaurantes de comida típica, que acaban de proponer. Un lugar que llega a ser parte de nuestra identidad. Para que con la quinua no pase lo que está pasando con el oro, lo recogen, se lo llevan y….

Me doy cuenta que me estoy apartando del tema de la conversación y termino:

-Finalmente hay muchas posibilidades para empezar algo en este lugar y crear nuevas fuentes de trabajo, al margen de los que se mantendrán en la nueva planta. En esto si, Ustedes tienen razón.

Y una de ellas saca como conclusión:

-Así que, nuestra lucha para el traslado de SAMCO es una lucha a favor de la creación de fuentes de trabajo, a favor del desarrollo de nuestro distrito. Que ya no nos digan lo contrario.

Me despido. No se les digo, pero me quedo admirado por la sabiduría del pueblo, que es capaz de protegerse contra amenazas y al mismo tiempo buscar nuevos caminos. Saben consultar y proponer, exigir y crear.

Les dejo en la esquina, tal vez con algo más de esperanza, pero yo mismo sigo preocupado. ¿Realmente se les va a escuchar? ¿No van a ser engañadas una vez más? ¿Se van a tomar en cuenta, de verdad, las preocupaciones y expectativas de todos/as? ¿Tienen los medios y espacios necesarios para hacer conocer su voz, su visión, sus propuestas?