Nº17: Información ambiental, 10-04-08

INFORMACIÓN AMBIENTAL

“Además del polvo, las emisiones de óxido de nitrógeno y óxido de azufre por las actividades de procesamiento pueden contribuir a la formación de lluvia ácida cuando se liberan en la atmósfera. A altos niveles, éstas pueden afectar la calidad del aire local, lo cual contribuye a la niebla tóxica y ésta a su vez puede ser causante de problemas respiratorios”.

No, esta cita no proviene de un folleto de algún grupo de acción en contra de la contaminación de alguna industria química. Proviene de una publicación de la empresa Newmont, que lleva como título “Ahora y el futuro 2005. Informe de sustentabilidad. Inti Raymi, Bolivia”.

Cifras

En el mismo texto se dan cifras concretas. En 2005, Kori Chaca y Kori Kollo juntos han tenido emisiones al aire de 3.747 toneladas cortas de óxidos de nitrógeno (NOx) y 308.889 toneladas de dióxido de azufre (SO2). Las partículas de polvo llegaron a 8.377 toneladas. Las emisiones de gases de efecto invernadero, equivalentes de CO2 en toneladas cortas, llegaron a 43.124 toneladas. Estos datos provienen del informe de un año (2005) de una empresa que ya durante 25 años está trabajando en la región. (Una tonelada corta equivale a 907 kilogramos).

No es la intención hacer comentarios ahora sobre estas cifras, aunque podría inquietarnos que, entre otras sustancias, la empresa menciona también que, en 2005, llegaron al aire 18 toneladas cortas de mercurio (!), 6 de arsénico, 5 de cromo, 29 de manganeso y 1.499 de monóxido de carbono (CO). Y no nos estamos refiriendo a los impactos en aguas y tierras, solo al aire. Inti Raymi menciona además un total de 161 emanaciones o incidentes durante el año 2005 en las dos minas juntas (tres por semana), mayormente derrames de petróleo y de soluciones de cianuro. En Kori Kollo hubo 24 emanaciones con cianuro, de los cuales una, por su magnitud (nivel 2), habría sido informada a las autoridades ambientales. Todos estos datos provienen de la misma empresa.

Compromiso de Informar

Es positivo que Newmont exija de sus empresas en todo el mundo que publiquen información sobre los impactos de sus operaciones mineras. Lo sorprendente, sin embargo, es que existe demasiada diferencia entre la manera de informar a la población de Oruro y la información proporcionada a nivel internacional y a los accionistas de la empresa, a los cuales está dirigida mayormente la publicación.

En su “Declaración de Compromiso” la empresa Inti Raymi se compromete a proporcionar a la población y sus organizaciones “información transparente y actualizada de nuestras operaciones mineras”. De hecho, en Oruro, esto se limita a que, cada vez de nuevo, simplemente se afirma: “Inti Raymi no contamina” y “aportamos al desarrollo regional”. ¿Por qué no se puede informar con la misma precisión a los orureños como a los interesados en los Estados Unidos? ¿Acaso somos unos ingenuos e ignorantes, que simplemente debemos aceptar y creer todo lo que se nos diga, sin tener conocimiento de lo que de verdad está pasando y sin tener explicaciones por lo que se constata o a veces indirectamente se logra saber. ¿Acaso no existe el control social? Si se informa por escrito que en 2005 murieron en Kori Chaca 15 flamencos y uno solo en Kori Kollo, la misma población puede comparar estos datos con lo que ella misma ha constatado. Cuando se informa la cantidad de dinero que Inti Raymi deja a la prefectura – lo que es positivo-, ¿por qué no se informa al mismo tiempo cuántos kilos de oro se han producido y cuál es su valor?

El Derecho a la Verdad

La población de Oruro tiene el derecho de saber lo que pasa en su territorio. Debe conocer lo positivo y lo negativo y eso no se consigue solamente con propaganda de auto-alabanza.

Inti Raymi, cumple mediante la empresa Newmont, legalmente con sus obligaciones informativas a nivel internacional. Y eso es novedoso. Falta ahora que también la población de Oruro reciba de la misma manera “información transparente y actualizada de sus operaciones”, cumpliendo el compromiso social de la empresa con la población de Oruro, firmado en enero de 2007.