Nº593: Día Nacional de la Áreas Protegidas, 03-09-10

4 de septiembre:

DÍA NACIONAL DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS

Siendo el 2010 Año Internacional de la Biodiversidad, es importante mencionar y recordar que el 4 de septiembre es el “Día Nacional de las Áreas Protegidas” en Bolivia, según el Decreto Supremo Nº 28315, del 26 de agosto de 2005, emitido por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP). Esta fecha coincide con la institucionalización del funcionamiento del SERNAP en 1998, órgano desconcentrado del entonces denominado Ministerio de Desarrollo Sostenible, a cargo de coordinar el funcionamiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) y garantizar la gestión integral de las mismas.

Las Áreas Protegidas son espacios de territorio del estado Boliviano, dedicados especialmente a la protección y el mantenimiento de toda la variedad de vida que existe en el lugar como ser: las plantas; los bosques; los animales silvestres; el aire; el suelo; el agua y en algunos casos los pueblos originarios de alto valor histórico cultural y poblaciones locales que tienen los siguientes objetivos:

  • Preservar las áreas naturales donde el conjunto de los seres vivos se mantienen inalterables, es decir, donde la acción de la mano del hombre no ha llegado o ha sido escasa.
  • Proteger la variedad natural de los paisajes.
  • Contribuir en la conservación para mantener la calidad del medio que nos rodea (medio ambiente).
  • Conservar los recursos culturales.
  • Conservar la flora (la vegetación).
  • Conservar la fauna (los animales silvestres).
  • Proteger las cuencas hidrográficas (el curso de los ríos).
  • Controlar la erosión de los suelos (controlar y evitar el desgaste de la tierra por falta de cobertura vegetal).
  • Mantener la calidad pura del agua (para que el agua se mantenga pura y sin contaminación).
  • Mantener la calidad del aire (que el aire se mantenga puro y sin contaminación).

Actualmente en Bolivia existen 22 áreas protegidas, con una superficie de 170.048 Km2, ocupando el 15,5 % del territorio Boliviano (SERNAP, 2007).

En el departamento de Oruro tenemos el Parque Nacional Sajama, que fue la primera Área Protegida en crearse en Bolivia. Fue creado mediante el D.S. del 02/08/1939 bajo la presidencia del Tte. Cnl. German Busch, se creó con el objeto de proteger los bosques de keñua (Polylepis taracapana) que existen en el parque.

Por otro lado existen también áreas protegidas desprotegidas. Según el SERNAP (2007), sufren las siguientes amenazas:

Hidrocarburíferas. Se reporta una sobreposición de bloques de explotación y exploración hidrocarburífera con áreas protegidas, como es el caso en Madidi, Pilón Lajas, Isiboro Sécure, Amboró, Carrasco, Manuripi, Iñao y Aguaragüe. De acuerdo a la Ley de Hidrocarburos, dichas actividades requieren previamente Evaluaciones Ambientales Estratégicas, a nivel de políticas, planes, programas y proyectos, así como consultas previas a campesinos, indígenas y población local.

Mineras. Existe un total de 638 concesiones mineras sobrepuestas con áreas protegidas, cubriendo una superficie de 281.564 ha. Estas se encuentran principalmente en San Matías, Madidi, Apolobamba y Eduardo Avaroa. La situación se ha visto agravada por la reciente reactivación de concesiones inactivas debido al incremento de precios de los metales en el mercado internacional, muchas de ellas obviando el cumplimiento de la normativa ambiental vigente y su sobreposición con áreas protegidas.

Madereras. Existen 10 concesiones forestales dentro de dos áreas protegidas (9 en San Matías y una en Tariquía) con una superficie aproximada de 6,2 mil km2. En años anteriores se han podido revertir concesiones en el TIPNIS, Pilón Lajas y Madidi, a partir del rechazo de parte de las organizaciones indígenas que no percibían ningún beneficio por el aprovechamiento forestal. En dos casos (Madidi y Pilón Lajas) se ha podido recomprar concesiones madereras de considerables superficies con financiamientos de Conservación Internacional. En la actualidad aumenta el aprovechamiento ilegal, generando peligros para los guardaparques que realizan operativos de decomiso de madera en coordinación con la Superintendencia Forestal.

Hidroeléctricas. El Proyecto de la represa El Bala, fue declarado de interés y prioridad nacional por Decreto Supremo, pero detenido gracias a la fuerte movilización social en su contra. Este afectaría irreversiblemente una importante superficie de Pilón Lajas y Madidi. Por otra parte, el Proyecto de la represa Cambarí tiene incidencia en la zona de protección estricta de Tariquía en Bolivia. La construcción de dos grandes hidroeléctricas en el río Madera, en Brasil, tendría importantes impactos en territorio amazónico boliviano, afectando directamente a la Reserva de Inmovilización Federico Román, prevista como área protegida de carácter departamental en Pando.

Camineras y ferroviarias. Existen proyectos que afectan varias áreas protegidas destacando: i) el camino Villa Tunari-San Ignacio de Moxos en el Isiboro Sécure; ii) el camino Apolo-Ixiamas en Madidi, iii) el camino Aguirre-Paractito en Carrasco; iv) la ferrovía Motacusito-Puerto Busch en Otuquis. A éstos se añade el proyecto caminero Corredor Norte, que atraviesa Cotapata, Pilón Lajas y Manuripi e influye indirectamente en Madidi y la Estación Biológica del Beni, y el Corredor Bioceánico Santa Cruz-Puerto Suarez.

Geotérmicas. Existe un proyecto de generación de electricidad en la Reserva Eduardo Avaroa.

Otras amenazas importantes derivadas de la acción antrópica no ordenada corresponden a: incendios forestales y colonización.

A pesar de las amenazas que tienen las áreas protegidas cumplen funciones importantes. Una de ellas es la generación de recursos económicos para las comunidades locales. Por ejemplo, mediante el turismo, en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (REA) ingresan más de 70.000 visitantes al año, recaudándose mediante el SISCO 30 Bs. por visitante (comentario personal guardaparque de la REA), lo que logra ser un importante beneficio para estas zonas.

Sin duda se debe darle la importancia merecida a las áreas protegidas de nuestro país, ya que son espacios físicos de esperanza.

Magali Vargas Canaviri
Unidad de Formación y Comunicación – CEPA