San Francisco de Asis patron de los ecologistas, 08-04-11

 

 

SAN FRANCISCO DE ASIS  PATRON DE LOS ECOLOGISTAS

San Francisco, proclamado patrón de los ecologistas en 1980 por el Papa Juan Pablo II, puede orientarnos en nuestro actuar con la naturaleza:

¡Hermana lluvia eres preciosa!

¡Hermano Sol eres esplendido!

¡Hermano Tórtolas,

Hermano Lobo

Bendecid al Señor!

Por qué?

Para Francisco todos los seres son hermanos y hermanas. El se siente un ser vivo, una criatura en medio de “la inmensa familia de las criaturas de Dios”.

Lo extraordinario que transcurre entre el Santo de Asís y la naturaleza es que no mira a la naturaleza con aire de superioridad, ni tampoco le resulta un juguete. No dice: “Es mía y hago con ella lo que quiera”. Claro que bebe de su agua y se alimenta con sus frutas; la utiliza, pero con respeto.

Francisco se siente unido a todos esos seres; a su vez las criaturas viven en asombrosa armonía con San Francisco.

San Francisco también habla de la hermana muerte, se trata entonces de aceptarla con toda paz.

Todo lo que nace muere; ocurre el desenlace inevitable. Es sabiduría ver esto con serenidad y altura.


Estamos a tiempo de salvar nuestro planeta

Hagamos los esfuerzos necesarios para comprometernos con un cambio de actitud radical en nuestras vidas. Es una cuestión fundamental que determina al bienestar de los pueblos y el desarrollo económico del mundo entero.

La contaminación de las aguas y el aire por los malos hábitos, la tala y quema de bosques, la explotación irresponsable de recursos naturales y otras formas de industrialización, todo esto nos hace notar que, por ignorancia o indiferencia, podemos causar daños irreparables al “globo terráqueo”.

Estamos perdiendo respeto a la creación, a la naturaleza; perdemos nuestra educación, nuestra espiritualidad y los valores sociales como comunidad.

Vivimos la era de la globalización cultural, económica y política y surgen nuevos desafíos y propuestas.

No es posible ni deseable detener los avances de la tecnología y de la informática. Pero es deber de cada ser humano y cristiano, disminuir las consecuencias negativas que pueden afectar el futuro de la vida en la Tierra.

María Bernal Lara
ECOMUJERES – CEPA