N°1081: Monseñor Oscar Arnulf Romero y Lucho Espinal

MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO y LUCHO ESPINAL

Símbolos religiosos de los últimos tiempos

Con este 24 de marzo ya han pasado  40 años del asesinato de Monseñor Romero, el Santo de Latinoamérica. Quisiera partir mi reflexión sobre una de las frases expresadas en la homilía del 29 de mayo de 1977: “La oración es la cumbre del desarrollo humano. El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es“.

Hace muchos años escuché un cuento sobre la salvación y quisiera compartirlo en esta oportunidad, para comprender a Romero y Luis Espinal, cuando siguiendo el evangelio de Jesús plantean  dar la vida por los otros.

Me contaron que había una vez que un señor, conocido como el más ávaro, se murió y fue al infierno, allí reclamó a Dios:Me arrepiento de todo lo que fui en el pasado pero quisiera salir de este lugar. 
A lo que Dios le respondió Tú nunca hiciste algo bueno por las personas.En ese momento los recuerdos del hombre se iluminaron y respondió.Una vez un hombre vino a mi casa de hambre y le di una cebolla.
Bueno, Dios le dio una nueva oportunidad y sobre la cabeza del hombre apareció una cebolla. El hombre saltó y se agarro de las raíces, la cebolla empezó a elevarse. Mientras subía muchas personas se aferraron a sus zapatos y pantalón; pero, el hombre tuvo miedo y empezó a patearlos uno a  uno. Mientras las personas caían, las raíces de la cebolla desaparecían, hasta que desapareció la misma cebolla. Entonces el hombre preguntó.¿Por qué desapareció mi cebolla?
Dios le respondió Pues mientras pateabas a las personas para que se cayeran, tú hiciste que tu buena obra desapareciera. Por buscar tu salvación individual, elegiste el lugar que te corresponde. 

Muchas veces creemos que la salvación se nos dará individualmente, no es así. Cristo nos dice “lo que hicieron con uno de estos pequeños, lo hicieron conmigo” (Mt. 25,40). Por tanto la salvación será en comunidad, sin importar las condiciones social, política o económica. 

Creo que durante este último mes muchos nos hemos puesto de rodillas o al menos hemos juntado las manos para orar por nosotros, por nuestras familias, comunidad y nuestros compatriotas. 

Sin embargo, por los noticieros escuchamos que los precios de los recursos naturales han bajado y seguro que grandes empresarios están siendo afectados económicamente mientras los politicos se disputan por definir quiénes serán los que dominarán en la economía del mundo, pasado este periodo de crisis mundial por el coronavirus.

Mientras unos se disputan este poder, todos, sin excepción, estamos orando a Dios para que termine esta pandemia. Aquí me remito a lo que dice Monseñor Romero, el hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es. Si bien los sentimientos nos llevan a repensar en la humanidad, la solidaridad y el compañerismo, hay gente que quiere aprovechar la situación y otros con el deseo de seguir viviendo como si nada estuviera pasando “fuera de las murallas”.

Ante las medidas asumidas por algunos gobiernos, entre ellos Bolivia, la gente que vive del “día a día”, es decir del trabajo diario se encuentran en una encrucijada,,  nos referimos a vendedores de comida, vendedores de productos como limones, manzanillas y otros ambulantes. Una de las medidas que se adoptaron está relacionada con la suspensión de los pagos de alquiler; para muchas personas estas medidas no serán válidas ya que muchos han optado por la informalidad de sus contratos y la declaración pública significaría intervención de Impuestos Internos y los alquileres costarían más. Entonces ¿a quién quejarse del incumplimiento de esta medida? Lo mismo pasa con algunos contratos de trabajo en albañilería y ayudantes de cocina, de limpieza y otros ¿dónde acudir? Pues la denuncia de estos incumplimientos significaría su despido inmediato. Más aún se complica con algunas casas de préstamos, como los conocidos “banquitos comunales”. Éstos no perdonan ni siquiera medio día de retraso, por estar en un sistema irregular ¿cómo dejar de pagar capital e intereses? ¿A quién quejarse? Pues es la realidad de muchas familias que están entre el riesgo y el cumplimiento de los compromisos asumidos o salvar a la humanidad. 

Por otra parte, los noticieros informan que los precios internacionales de los minerales y el petróleo han bajado. Por la amenaza inminente de contagio del virus han dejado de producir y por consiguiente ha bajado el uso de químicos en procesos industriales. Consecuentemente  reportes de ambientalistas nos dicen que el agua está más limpia y los ríos están con aguas claras y ha mejorado la capa de ozono. Empero, quienes tenemos contacto con cooperativistas mineros, peones y palliris la ganancia es diaria. 

Quienes en este momento se “avivan” son los voraces intermediarios (rescatistas) que ponen los precios más bajos con el justificativo de que los precios en el mercado internacional han caído… o ¿dónde voy a ir a vender ahora? Todo está cerrado y quien permanece más  de ocho horas en interior mina (minero o peón) o a la intemperie (mujeres pallirirs) entre el viento y la lluvia por tener algún “ch’ami” (mineral entre los deshechos) son quienes más pierden.

Solo queda que entre todos “oren” para que se pueda encontrar la cura y los pobres puedan estar protegidos por el poder de Dios. 

El llamado a la solidaridad no es solo entre los pobres, sino también a aquellos dirigentes y operadores mineros para decirles que hoy más que nunca debemos proteger nuestros campos, pastizales, ríos y lagunas. Porque la sobrevivencia de hoy se reduce a:

  1. La compra de alimentos de primera necesidad para mantener fuertes nuestras defensas.
  2. Lavado de manos con agua limpia, para no llevarnos los virus a nuestro hogar.

Estos alimentos hoy son traídos del campo y ya no son importados, el agua limpia que lava nuestras manos no debe estar contaminada. Entonces ahora que nos queda orar, también es el momento de reconocer lo que somos , “hijos de un solo Dios Padre”, sin importar el credo o religión que profesamos, CUIDEMOS nuestra Casa Común y a quienes habitamos en ella. Ya que ningún hombre vale por lo que tiene , sino por lo que es.

__________________________

Otro hombre cuyo testimonio religioso hay que recordar es Luis Espinal Camps, conocido también como Lucho Espinal, Jesuita boliviano de origen español que destacó por su compromiso con los desfavorecidos y su actitud crítica frente a la alianza de la Iglesia católica con los sectores conservadores en el poder. Fue brutalmente asesinado por elementos paramilitares el 21 de marzo de 1980.

Lucho es conocido por muchos por sus ORACIONES A QUEMARROPA, las mismas son utilizadas por actores religiosos, sociales y políticos, por eso en este artículo solo queremos compartirles el poema más conocido por todos, que es: 

GASTAR LA VIDA

Por: Lucho Espinal

Jesucristo ha dicho:
Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mi, la recobrará en el vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.

Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía…

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar salvación
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.

Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.

Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.

Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad.

Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho al niño, como el sudor humilde del sembrador.

Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.

El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche,
con mil ojos llenos de lágrimas.

Julián Arias Carballo

PROGRAMA DIVERSIDAD – Unidad de Culturas

CEPA ORURO

Fotografía de la portada extraída de Wikipedia.